» Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías», Borges, La trama.
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Al poseerse, los amantes dudan.
No saben ordenar sus deseos.
Se estrechan con violencia,
se hacen sufrir, se muerden
con los dientes los labios,
se martirizan con caricias y besos.
Y ello porque no es puro su placer,
porque secretos aguijones los impulsan
a herir al ser amado, a destruir
la causa de su dolorosa pasión.
Y es que el amor espera siempre
que el mismo objeto que encendió la llama
que lo devora, sea capaz de sofocarla.
Pero no es así. No. Cuanto más poseemos,
más arde nuestro pecho y más se consume.
Los alimentos sólidos,
que nos permiten seguir vivos,
ocupan sitios fijos en nuestro cuerpo
una vez ingeridos
Pero de un bello rostro, de una piel suave,
nada se deposita en nuestro cuerpo, nada
llega a entrar en nosotros salvo imágenes,
impalpables y vanos simulacros,
miserable esperanza que muy pronto se desvanece.
Semejantes al hombre que, en sueños,
quiere apagar su sed y no encuentra
agua para extinguirla, y persigue
simulacros de manantiales y se fatiga
en vano y permanece sediento y sufre
viendo que el río que parece estar
a su alcance huye y huye más lejos,
así son los amantes juguete en el amor
de los simulacros de Venus. (…)
Pero todo es inútil, vano esfuerzo,
porque no pueden robar nada de ese cuerpo
que abrazan, ni penetrarse y confundirse
enteramente cuerpo con cuerpo,
que es lo único que verdaderamente desean:
tanta pasión inútil ponen en adherirse
a los lazos de Venus, mientras sus miembros
parecen confundirse, rendidos por el placer.
Y después, cuando ya el deseo, condensado
en sus venas, ha desaparecido, su fuego
interrumpe su llama por un instante,
y luego vuelve un nuevo acceso de furor
y renace la hoguera con más vigor que antes.
Y es que ellos mismos saben que no saben
lo que desean y, al mismo tiempo, buscan
cómo saciar ese deseo que los consume,
sin que puedan hallar remedio
para su enfermedad mortal:
hasta tal punto ignoran dónde se oculta
la secreta herida que los corroe.
La herida oculta, Lucrecio.
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En las imágenes:El beso (1951), Horacio Vélez Longas, de nuestra colección// El beso (1859), Francesco Hayez, Pinacoteca Brera.

Dices: “Iré a otra tierra, hacia otro mar
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
Y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.
Donde vuelvo los ojos solo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí”.

No hallarás otra tierra ni otro mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad es siempre la misma. Otra no busques -no la hay-
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra.

La ciudad. Kavafis.
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En la imagen: Marina (Ca. 1897), Ricardo Borreo Álvarez, «El maestro huilense más notable en la historia de la pintura colombiana, uno de los mejores paisajistas nacionales de principios del siglo XX», reseña el Banco de la República de Colombia, desde sus museos de arte, sobre el artista. Borrere (1874-1931), quien tuvo una formación inicial en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá y, posterior a esto, en Europa, fue uno de los primeros pintores que cultivó el género del paisaje en el país, con un favoritismo por temas del mar. Su obra se conserva, principalmente, en el Museo Nacional de Colombia. Esta obra está expuesta de forma pemanente en nuestra sala Historias para repensar, una revisión a los hitos del arte de finales del siglo XIX y la primera mitad del XX.

Más de esta sala: https://www.museodeantioquia.co/exposicion/sala-siglos-xix-xx/

Azul.

Es que este amor es azul como el mar. Azul, como el azul del cielo nació entre los dos. ¿Qué es el azul? Enorme pregunta. ¿Qué entendemos por azul? El color de la ONU y la Unión Europea y la Otan y la Nasa. De Facebook y Twitter. Y el viagra. Del frío y de la tristeza, o de la luz y lo maravilloso. El color predominante en la portada de Historia de la belleza. De un Céfiro de Botticelli. De los niños heterosexuales. De la derecha política. Del cielo y del mar. “El color favorito de Occidente”. Ah, ¿cómo hablar del azul inconmensurable e infinito en una historia escrita segundo a segundo durante milenios a pulso por el mundo y la humanidad? Aquí, un pequeño pedazo.

Nel blu dipinto di blu, felice di stare lassú, cantaba Domenico Modugno en la popular canción italiana Volaré. En el azul pintado de azul, feliz de estar allí arriba, diría su traducción al español. La historia de un hombre que se elevaba por el cielo, azul, mientras piensa en los ojos de su amor, azules, como un cielo lleno de estrellas, y el mundo desaparece en medio de ese azul. Que, como en los Tigres azules de Borges, en el azul desaparece la lógica y aparece lo sorprendente. Y también cantó Edith Piaf con Charles Aznavour: Plus bleu que le bleu de tes yeux, je ne vois rien de mieux, Même le bleu des cieux. Y el azul del amor también es el azul de la tristeza: Almost blue, almost doing things we used to do, there’s a girl here and she’s almost you… almost, escribió Chet Baker. Azul, cargado de significados y con un nombre preciso, blu, blue, bleu, blau –para ejemplificar con los idiomas más próximos a nuestro contexto cultural–, pero no siempre fue así; no siempre el azul fue el rey, no siempre fue importante, no siempre tuvo un nombre exacto. (…)

El artículo completo, aquí: https://www.museodeantioquia.co/noticia/breve-historia-del-color-azul/
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Una versión de este mismo artículo, del mismo autor – periodista del Museo-, fue publicada en marzo de 2018 por el periódico @elespectador con el título: El arte es azul.

«Los miembros de la Iglesia eran grandes coloristas, antes que los pintores y los tintoreros. Algunos de ellos eran, además, hombres de ciencia y disertaban sobre los colores, realizaban experimentos ópticos, se preguntaban por un fenómeno como el arco iris… Se hallaban profundamente divididos sobre estas cuestiones: había prelados «cromófilos», como Suger, que creía que el color era luz y, por lo tanto, una manifestación divina, de ahí que quisiera utilizarlo en todas partes; y había prelados «cromófobos», como san Bernardo, abad de Clairvaux, que consideraba que el color era materia, de lo que había que proteger a la Iglesia, pues según él contaminaba el vínculo que los monjes y los fieles mantienen con Dios.

La física moderna asegura que la luz es a la vez una onda y una partícula. Por lo tanto, no andaban tan descaminados en el siglo XIII». Breve historia de los colores. Michel Pastoureau.

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La imagen: Doble desmodulador gris (1968), de Frank Stella, uno de los más importantes pintores estadounidenses del siglo XX, y una de las piezas más representativas de nuestra colección, puesta en la Sala Internacional. Se puede notar cómo los colores salen del centro hacia afuera, en un lado, para regresar en orden de afuera hacia adentro, en el otro. Entre el 67 y 71, el artista produjo una serie de pinturas de bandas dedicadas a las relaciones de color, la forma y el patrón.

Más de esta sala: https://www.museodeantioquia.co/exposicion/sala-de-arte-internacional/

«Se necesitaron cinco hombres para mover y colgar la densa maraña (de 5 metros). Era difícil encontrar un espacio arquitectónicamente apto para la obra. (…) La magnitud está justificada en la grandeza de la montaña, en la densidad abrumadora de las alturas del frío. Extrae y sintetiza lo esencial de un páramo, su exuberancia, sus matices, su fuerza delicada y vigoroza» (…).

«Con esta propuesta la artista capta con lucidez el embrujo paramuno, la atmósfera de los colores que resaltan entre la niebla y se extienden en las flores, el rocío, en la vegetación afelpada como las hojas del frailejón, humeda como los musgos y los líquenes» (…).

«En 1971 (Olga de Amaral) gana el primer premio del Salón Nacional de Artistas y en 1972 obtiene el primer premio de la Bienal de Coltejer con su tapiz LA GRAN MARAÑA PARAMUNA, los dos eventos más importantes de las artes del plásticas de Colombia en ese momento. De manera temeraria la artista rompía las estructuras convencionales y le otorgaba al tejido valores escultóricos y conceptuales que no podían pasar inadvertidos. Sus construcciones tienen los ingredientes de la vanguardia pero mantienen la sobriedad necesaria para no caer en el peligro de la retórica visual. En este periodo, LA GRAN MARAÑA PARAMUNA es un hito en la obra de Olga de Amaral. Es un tapiz de gran volumen y de una intensidad cromática en la que los amarillos, los violetas, los morados entreverados reclaman los azules del cielo como transfondo para que la construcción monumental, de 5.20 metros de altura, adquiera plenitud visual».

«Aproximación a la vida y obra de Olga de Amaral» , Juan Carlos Moyano Ortiz, en Olga de Amaral, El manto de la memoria, publicado por Seguros Bolívar.

Custodiamos esta obra en 68, 70, 72, Bienales de Arte de Coltejer que está, a la vez, dentro de nuestra sala Promesas de la modernidad: https://www.museodeantioquia.co/exposicion/bienales-de-arte-de-coltejer/

Están invitados: el próximo viernes 2 de noviembre acogemos un reconocimiento al Centro Nacional de Memoria Histórica.
4:00 p.m., Sala del Concejo.

Estos son los resultados de la convocatoria para activar Vitrinas Cundinamarca.
Agradecemos a todos los participantes y felicitamos a quienes presentaron la propuesta ganadora.

¿Saben cómo se hace una huerta?

Nuestra Tarde de hierbas de mañana lo enseñará. Pero, atentos, que solo tenemos 10 cupos para los interesados en aprender, y se pueden inscribir aquí: http://www.museodeantioquia.co/evento/tardes-de-hierbas-2/

Y mientras llega mañana (jó), consejos de siembra:

«Para que pegue bien un ‘piecito’ de una planta, cualquiera que sea, se coge una penca de sábila, se unta el piecito de ella y lo siembran. Así sea un brevo, un limón, con el cristal de penca, enraiza».

Realizamos este proyecto gracias al Programa Nacional de Concertación del @Ministerio de Cultura, a EPM estamos ahí, a la Fundación Sofía Pérez de Soto y a la Fundación Sura.

Con la curaduría de Carolina Chacón y el diseño de la estructura de la Biblioteca por parte de Carlos Betancourt.

Inauguración: Polis. Nueva exposición temporal
Nos veremos mañana, sábado 20 de octubre, a las 11:00 a.m.
Y el lunes: Diálogos al Centro, agenda académica Polis
Toda la información de esta nueva exposición temporal, aquí: http://www.museodeantioquia.co/exposicion/polis/

Hoy será abierta la exposición colectiva del segundo grupo de finalistas de Nuevos talentos en el arte 2018, la convocatoria de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia que tiene nuestra curaduría.
En esta ocasión, los trabajos exhibidos son autoría de Brayan Castaño, Jonathan Chaparro, Mariana Parra, Santiago Silva, Viviana Sánchez.
La inauguración ocurrirá a las 7:00 p.m. en la sede centro de la Cámara de Comercio.
Los esperamos.

La Red de Escuelas de Música de Medellín regresa hoy al Museo para su tradicional concierto mensual del tercer jueves de cada mes.
Tendremos ingreso libre al Museo desde las 4:00 p.m., y el concierto ocurrirá a las 5:00 p.m.
Los esperamos.

¡Atención!
Hasta el pasado domingo, la convocatoria para intervenir Vitrinas Cundinamarca estuvo abierta. Agradecemos a todas las personas que enviaron sus propuestas para hacer parte de este proyecto.
La convocatoria para activar La esquina, de otro lado, ha sido extendida hasta el próximo domingo, 21 de octubre, así que aún pueden enviar sus propuestas.
Las bases de esta convocatoria están aquí: http://www.museodeantioquia.co/noticia/la-esquina-convocatoria-2018/