Arte y cultura como herramientas en la lucha por la equidad de género. Este miércoles, a las 5:00 p.m.: Fem_Art_Net_Medellín en La consentida.
La entrada es gratuita: http://www.museodeantioquia.co/evento/femartnet/
Gracias al Grupo Argos.

El odio generado por la diferencia de pensamiento político en Colombia ha desangrado al país por décadas. La Violencia, aquel episodio de mitad del siglo pasado en que los seguidores de los partidos Liberal y Conservador se mataban por imponer sus ideas e intereses, fue el punto de partida de muchas de las problemáticas que aún hoy nos afectan: los grandes desplazamientos de campesinos a las ciudades hicieron que el crecimiento de estas no pudiera ser planificado, por lo que había falta de atención en educación, hospitales, escenarios deportivos y culturales, acceso a servicios públicos y, todo ello, desencadenara círculos de pobreza que se han perpetuado durante décadas y a los que se les ha sumado otros terribles y prolongados fenómenos de violencia, y corrupción, de este país tan cansado de eso.

Hoy es un día especial para Colombia, y sea quien sea el candidato ganador, lo importante es que como sociedad, como individuos, decidamos cuál será la política con la que dirigiremos nuestras propias vidas: el desinterés, la exclusión y el beneficio propio; o la comprensión, la reconciliación y la reflexión crítica.

No debemos temer a lo que somos como sociedad: diversidad. La diferencia debería ser nuestro más grande capital, no nuestro mayor temor. El poder de lo que somos como país recae en lo que somos, cada uno, como ciudadanos.
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En la imagen: Marcha fúnebre, una pintura de 1959 de Rafael Saenz que da cuenta de la situación de violencia en el país durante La Violencia, y que exponemos permanentemente en Historias para repensar, nuestra sala dedicada al arte antioqueño de finales del siglo XIX y principios del XX.
https://www.museodeantioquia.co/exposicion/sala-siglos-xix-xx/

«Una vez un rico narcotraficante le hizo llegar el mensaje de que quería comprarle todo lo que pintara, y al precio que pidiera, con tal de que sus modelo ‘fueran más bien hembritas’, y no jóvenes machos. Como si la atracción del sexo fuera de verdad mercancía intercambiable a capricho. El negocio no se hizo. Porque Caballero no era un fabricante de erotismo a gusto del consumidor, en serie, como pudieran serlo Boucher o Fragonard en la Francia del rococó o Utamaro en el Japón de las ‘estampas japonesas’, o, más tarde, las revistas Playboy o Hustler en los Estados Unidos (todo ha sido ya mostrado). Sino un erotómano natural y espontáneo, como Miguel Ángel, o como Francis Bacon. Sus maestros. (…)
De lo que se trata el arte es de poner en obra el pensamiento. De transformar el pensamiento en obra visible, tangible -obra de arte-, para así apropiarse de forma simbólica y físicamente del objeto o del sujeto prohibido o inaccesible, y de poseerlo. Ese es uno de los propósitos, una de las funciones de las artes plásticas. De todas las artes. Llevar a cabo, llevar a efecto, los malos pensamientos». Antonio Caballero sobre su hermano, el pintor Luis Caballero, en la introducción del libro Caballero erótico.
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En la imagen: Desnudo masculino, obra de Luis Caballero de 1989, colección Paul Bardwell, que exponemos en La consentida es: La procesión, un relato sobre el cuerpo, las normas que se le han impuesto, y el placer, que realizamos gracias al Grupo Argos.
Recuerden que nuestra Sala Luis Caballero está cerrada por ahora, debido a trabajos de adecuaciones para renovarla. Anunciaremos su apertura.

http://www.museodeantioquia.co/exposicion/la-consentida/#/la-procesion/

La Red de Escuelas de Música de Medellín regresa al Museo hoy para su habitual concierto mensual, esta vez, con la Banda Escuela Robledo.
Entrada gratuita al Museo desde las 4:00 p.m.

Trabajamos para que el centro de Medellín, el fragmento del centro de Medellín que habitamos, florezca. Una de las estrategias es esta: ya estamos arando el huerto urbano de nuestro parqueadero, que, esperamos, se convierta en un proceso sostenible por y para las comunidades del entorno del Museo.

Esta es una de las actividades de Permanente, nuestra nueva Residencia Cundinamarca que realizamos gracias al valioso apoyo de la Fundación Sura, y que está vez está a cargo de María Buenaventura, el Aka y Cristina Sandoval, quienes, por medio de los saberes de las plantas medicinales y aromáticas,crearán intervenciones en el espacio público.

Como parte de este proyecto, todos los miércoles de junio, entre la 1:00 y las 3:30 p.m., tendremos Tardes de hierbas, Residencias Cundinamarca, un encuentro alrededor de las plantas y la cocina al que, por supuesto, nos encantaría que vinieran.

Más información, aquí: https://www.museodeantioquia.co/programa/residencias-cundinamarca/permanente/

«Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor, que me hacía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor, que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aun harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo a su bondad lo dé a gustar a quien pensare que miento”.

El placer místico de ser penetrado por Dios: transverberación. En este caso, La transverberación de santa Teresa, famoso tema que ha estado representado en la historia del arte por nombres tan fundamentales como Giuseppe Bazzani o Gian Lorenzo Bernini, quienes lo recrearon con marcadas expresiones de placer.

En la imagen, la pintura del siglo XVIII, perteneciente a la colección Argos, que presentamos, ahora, en La consentida, como parte de una reflexión sobre el placer; y que suele estar expuesta de forma permanente en nuestra Sala Colonial.

Realizamos La Consentida gracias al patrocinio del Grupo Argos.

http://www.museodeantioquia.co/exposicion/la-consentida/#/la-procesion/

Estos parecen títulos necesarios en la historiografía colombiana, pero no existen.
Estos libros son Bibliografía por venir (estudios sobre la tierra #6), con los que la artista Mónica Restrepo Herrera plantea una reflexión sobre los excluidos en los relatos oficiales y las formas de marginación presentes, incluso, en la academia.

Así, desde las narraciones que se creerían indispensables pero que no existen como formas de conocimiento disponibles para el estudio y la comprensión de lo que somos hoy como sociedad, estos libros nos ayudan a preguntarnos quiénes han sido representados en la historia colombiana, por quiénes han sido representado y de qué manera han quedado en esos relatos; además, quiénes han sido los excluidos.

Con estas preguntas creamos Historias para repensar, nuestra sala dedicada a la producción artística de finales del siglo XIX y primera mitad del XX, que plantea distintas revisiones a hitos del arte antioqueño y nacional.

https://www.museodeantioquia.co/exposicion/sala-siglos-xix-xx/

«En nuestra vida y en nuestro universo no hay más que un hecho importante: nuestra muerte. En ella se reúne y conspira contra nuestra felicidad todo aquello que escapa a nuestra vigilancia. Cuanto más nuestros pensamientos pugnan por apartarse de ella, más se acercan a ella. Cuanto más la tememos, más se hace temer, pues solo se alimenta con nuestros temores. El que desea olvidarla no hace más que pensar en ella y el que la huye, la encuentra a cada paso. Con su sombra lo ensombrece todo. Pero si pensamos en ella sin cesar, lo hacemos sin darnos cuenta de ello y por eso no aprendemos a conocerla. Nos contentamos con volverle la espalda en vez de ir a ella con el rostro levantado. Nos esforzamos en alejar de nuestra voluntad todas aquellas fuerzas que podrían servirnos para plantar la cara. La dejamos en las manos sombrías del instinto y no le concedemos ni una hora de nuestra inteligencia. ¿No es asombroso que la idea de la muerte que por ser la más asidua y la más inevitable entre todas debería ser la más perfecta y la más luminosa de todas nuestras ideas, sea en cambio la más vacilante y la más anticuada?
(…) Cuando viene el desenlace de la última hora que pesaba sobre nosotros y hacia el cual no osamos levantar nunca los ojos, todo nos falta a la vez. Los dos o tres pensamientos o ideas, inciertos, vagos, sobre los cuales creíamos apoyarnos, sin haberlos examinado, ceden al peso de los postreros instantes como si fueran débiles juncos. Entonces, buscamos vanamente un refugio entre diversas reflexiones que circulan alocadas o que no son extrañas y que, desde luego, no saben cómo llegar a nuestro corazón. Nadie nos espera en esa última orilla, donde nada está a punto y donde solo el espanto es lo que ha quedado en pie». La muerte, Maurice Maeterlinck.
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La imagen corresponde a un grabado de Carlos Correa, de 1952, que exponemos permanentemente en nuestra sala Historias para repensar, dedicada a la producción artística de finales del siglo XIX y primera mitad del XX.

Si pasan por nuestra tienda pueden comprar el afiche de Pedrito, la pintura que Fernando Botero considera su obra maestra y que exponemos permanentemente.

Además, visitan la Sala Pedrito Botero, un espacio de juegos, disfraces, videos y actividades didácticas que explora la obra del pintor y escultor, y que abrimos gracias al apoyo del Grupo Familia. Consideren, si quieren hacer esta visita, que los niños y las niñas menores de 12 años entran gratis al Museo.

Nos vemos este fin de semana aquí; recuerden que los estudiantes del Valle de Aburrá entran gratis presentando el carnet de la institución a la que pertenecen, los estudiantes de Colombia tienen 50% de descuento, así como los adultos de más de 60 años. Además, gracias al Programa de Formación de Públicos de la Alcaldía de Medellín, los estratos 1, 2 y 3 del municipio tienen entrada gratuita.

Esperamos que la pasen genial.

Horarios y tarifas del Museo: https://www.museodeantioquia.co/su-visita/#/horarios-y-tarifas/
Más de la Sala Pedrito Botero:
https://www.museodeantioquia.co/exposicion/sala-pedrito-botero/

“Si no avanzamos hacia ese lugar desconocido que es la revolución de los géneros, sabemos exactamente hacia dónde regresamos: un Estado omnipresente que nos infantiliza, que interviene en nuestras decisiones, ‘por nuestro propio bien’, que –con la excusa de protegernos mejor- nos mantiene en la infancia, en la ignorancia y en el miedo al castigo y la exclusión”. Teoría King Kong, Virgine Despentes. 2006.

Presentamos una narración alrededor del cuerpo, la forma en que ha sido culturalmente controlado, y el placer; visiten La consentida es: La procesión, una exposición que, a través de la icónica obra de Débora Arango, hila el trabajo de otros artistas que han reflexionado sobre estos asuntos.

En la imagen: Máquina de vida, obra de Maripaz Jaramillo, de 1973.

Gracias al patrocinio del Grupo Argos

https://www.museodeantioquia.co/exposicion/la-consentida/#/la-procesion/

Curiosas y bellas imágenes, ¿no? Son de Luis Eduardo Vieco, cuya obra da cuenta del transitar de Medellín de una villa campesina, que aún hoy se recuerda con nostalgia e idealización, a una ciudad que caminaba hacia la modernización.

Alumno de Francisco Antonio Cano, Vieco, quien vivió entre 1882 y 1955, retrató en sus óleos y acuarelas escenas de esa Antioquia de montañas, pero también atestiguó la aparición de la vida urbana, de sus nuevos edificios y de los hombres y las mujeres que se adaptaban al refinamiento de las maneras citadinas.

Para asegurar dinero con el cual sobrevivir, Vieco creó la Tipografía y Fotograbado Vieco y Cía en la década del veinte, con la que comenzó una producción gráfica que respondía a las demandas publicitarias de la juventud industrial de esta ciudad (viéndolo más como un negocio que necesitaba que como una aspiración artística personal): «De este otro modo empieza a participar activamente en la creación del imaginario visual de la época con producciones de gran difusión, más allá de la circulación restringida de sus óleos y acuarelas. Con este taller, que aúna a su sensibilidad artística la tecnología de punta del momento, logra revolucionar las artes gráficas locales. Todo esto es posible, además, por el inusitado florecimiento de la industria antioqueña, con marcas emergentes como Limonada Cristal de Postobón, Pomada Peña, Colombiana de Tabaco, Pilsen, Coltejer, Fatelares, que encuentran en la visión pionera de Vieco la imagen que sus productos estaban necesitando (…)», reseña la curadora e investigadora Sol Astrid Giraldo en su texto para el catálogo Horizonte Urbano, que recoge la exposición que la Universidad Eafit realizó sobre este artista.

Así, gracias a su obra gráfica, Luis Eduardo Vieco logró un trabajo que da cuenta hoy de la modernidad que llegaba con nuevos lenguajes, necesidades y personajes. Lo que ven en estas imágenes, pues, habla de la consolidación de las artes gráficas en Medellín.

Si quieren conocer el trabajo de Vieco, los esperamos en nuestra sala Historias para repensar, que revisa hitos de la historia del arte antioqueño de finales del siglo XIX y la primera mitad del XX: https://www.museodeantioquia.co/exposicion/sala-siglos-xix-xx/

Hoy tuvimos la grata visita de Lina Botero Zea, la hija del maestro Fernando Botero, quien recorrió en compañía de nuestra directora, María del Rosario Escobar, y del presidente de nuestra Junta Directiva, Germán Jaramillo, la exposición Boterosutra, con la que celebramos los 86 años de vida de su padre. Durante el recorrido también los acompañó Camilo Castaño, del equipo de Curaduría, quien coordinó la exposición en su montaje para Medellín.
Después de visitar las salas, los archivos sobre Botero que hay en nuestra Biblioteca y conocer parte de los proyectos de Museo 360, Lina Botero se reunió con el equipo del Museo, como suele hacerlo su padre en sus visitas a la ciudad, para que tanto nuestro equipo de trabajo como ella intercambiaran palabras sobre lo valioso que es Botero para Medellín, y Medellín para Botero.
Desde el Museo agradecemos profundamente el cariño y la generosidad que Fernando Botero, nuestro gran mecenas, y su familia, han tenido al respaldar y valorar nuestro trabajo: parte de la historia de la ciudad se escribe con su legado.