Esta es la huerta que, durante meses, hemos estado cultivando en nuestro parqueadero con las comunidades del centro de Medellín y la ciudad misma. Hoy, las plantas que hemos cuidado serán puestas en la calle Calibío, en una estructura especial que no solo permitirá la siembra, sino activaciones y encuentros ciudadanos alrededor de los saberes ancestrales de las plantas y nuestro pasado campesino. Nos vemos hoy en nuestra Biblioteca de saberes vivos, de 2:00 a 6:00 de la tarde. Toda la programación es gratuita.

Esta fotografía de Francisco Antonio Cano es bastante significativa para la historia del arte antioqueño.
Fue realizada por Fotografía Rodríguez, el estudio de la familia de Melitón Rodríguez, reconocidos librepensadores de prácticas no católicas en una Medellín de finales del siglo XIX y principios del XX -imaginen eso-, y fundamentales para el desarrollo de la fotografía en Antioquia y Colombia.
A esta casa llegó Cano durante sus años de juventud en Medellín, después de salir de su pueblo natal, Yarumal. «Los 5 años que pasó con ellos fueron fundamentales para la inserción de Cano en las élites y las dinámicas culturales de la ciudad», reseñó el curador Conrado Uribe en los textos que escribió para la exposición retrospectiva de Cano que fue realizada aquí, en el Museo de Antioquia, entre 2009 y 2010.
Gracias a estas relaciones, y a su innegable talento, Cano se abrió paso como un artista fundamental para la escena de la época. «Intelectuales y políticos como Guillermo Valencia, Rafael Pombo y Rafael Uribe Uribe, contribuyeron en la gestión, ante el Congreso de Nacional, de la Ley 116 de 1896, con la cual se auxiliaba ‘al joven Francisco A. Cano con la suma de $6.000 para que se traslade a Europa a perfeccionarse en el arte de la pintura». Exhibimos este retrato en una sección de nuestra sala Historias para repensar, en la que presentamos una pequeña parte de la colección fotográfica de la Biblioteca Pública Piloto, archivo que ha sido declarado por la Unesco un “Registro regional de memoria del mundo”, con 1 millón 700 mil imágenes en distintos formatos, que recopila la historia de Colombia desde el año 1848 hasta el 2005.
Cano, por cierto, un guapo.
¿Más de nuestra sala Historias para repensar?: https://www.museodeantioquia.co/exposicion/sala-siglos-xix-xx/

¿Saben por qué estas semillas son distintas entre sí? Son «semillas de la desobediencia civil?» Por qué.
Estas son semillas nativas y criollas, es decir, semillas que no han sido sometidas a modificación genética para producción masiva industrial. Son custodiadas por campesinos, quienes las cultivan e intercambian, garantizando la supervivencia de estas especies y, a la vez, luchan por la seguridad y soberanía alimentaria. El sabor de sus frutos y las características de sus plantas son diversos, debido a que no han sido homogeneizadas entre ellas.
Este sábado, como parte de las actividades de nuestra Biblioteca de Saberes Vivos, la Red Colombiana de Agricultura Biológica, RECAB, ofrecerá charlas sobre estas semillas, y aromáticas realizadas con sus plantas. Entre las 4:00 p.m. y las 5:00 p.m., con entrada libre.
La RECAB tiene como objetivo fortalecer los procesos de trabajo y red de los agricultores custodios de semillas, para así mantener la reproducción de semillas criolla y nativas, los conocimientos locales, la biodiversidad, la soberanía alimentaria y la identidad cultural en zonas rurales del territorio antioqueño.
Nos vemos este fin de semana para cambiar la forma en que habitamos esta zona del centro de Medellín desde el saber ancestral de nuestro pasado campesino.
Realizamos este proyecto gracias al apoyo del Programa Nacional de Concertación Cultural del Ministerio de Cultura a EPM estamos ahí, la Fundación Sofía Pérez de Soto y la Fundación SURA.
Más información: http://www.museodeantioquia.co/evento/biblioteca-de-saberes-vivos/

¡Este sábado!
Nos unimos a varias personas y comunidades del Centro de Medellín, y la ciudad misma, para crear una huerta urbana en la calle Calibío, que nos permita un ejercicio de recuperación del espacio para el uso público y con un fin común, así como de encuentro y diálogo ciudadano, por medio de los saberes y la memoria de nuestro pasado rural y campesino. Este sembrado de frutales, plantas aromáticas y medicinales, estará ubicado en una estructura que le encomendamos al reconocido arquitecto Carlos Betancourt, quien fue uno de los diseñadores de nuestra exposición El barro tiene voz, nominada a un premio Lápiz de Acero.
De momento, les dejamos las fotos de la huerta que construimos en nuestro parqueadero, y que tendremos en conexión con la que ubicaremos en Calibío.

– Toda la tarde tendremos una jornada de recolección de recuerdos alrededor de plantas y siembra, que luego se sembrarán y visibilizaron aquí mismo en esta Biblioteca de saberes vivos.
– 2:00 p.m. y 3:00 p.m. Recorridos por la huerta en el parqueadero del Museo hasta Calibo, a cargo del grupo de huerteras.
– 4:00 5:00 p.m.: Tarde de hierbas.
Conversación sobre semillas a cargo de la RECAB acompañada con aromáticas cultivadas en la huerta del Museo.
– 6:00 p.m.: proyección del video del proceso de siembra, sus protagonistas y sus historias.

Toda la información: https://www.museodeantioquia.co/evento/biblioteca-de-saberes-vivos/

«(…) en estos nuevos recorridos del Museo de Antioquia podemos descubrir la trascendencia de esas instituciones, fundamentales en los procesos del mundo moderno, que son los museos: creemos a veces que son meros espacios donde se exponen obras de arte de forma agradable y ordenada. Estas nuevas salas permiten comprender que, a través de las obras, el Museo plantea un relato que interpela nuestra propia historia cultural; por eso, lo que está en juego en las nuevas salas del Museo de Antioquia no es la belleza o expresividad de las obras sino el reconocimiento de lo que somos, de lo que hemos ganado y de lo que hemos perdido al interactuar con las posibilidades de una cultura globalizada».
Carlos Arturo Fernández, reconocido historiador de arte de nuestra ciudad, reseña para Vivir en El Poblado el nuevo montaje de la sala Bienales de Arte Coltejer, ahora incluida en Promesas de la modernidad.
El artículo completo, aquí: http://www.vivirenelpoblado.com/las-bienales-de-coltejer-en-el-museo-de-antioquia/
Más de la sala, que realizamos gracias al patrocinio de Coltejer y el apoyo del Ministerio de Cultura y su Programa Nacional de Concertación Cultural: http://www.museodeantioquia.co/exposicion/bienales-de-arte-de-coltejer/

¡Está abierta!
Desde nuestra colección de arte, creamos una reflexión sobre la interdependencia del campo y la ciudad, y exhibimos cómo ha quedado registrada, allí, la violencia y los peligros que, para muchas personas, significa trabajar por la recuperación política del espacio público y la vida en el campo en Colombia.
Así es La consentida es: La casita de arroz, que parte del trabajo de Rosemberg Sandoval para hilar una serie de obras, de distintos artistas, que hablan sobre estos temas. Con la curaduría de Carolina Chacón y Camilo Castaño.
Realizamos este proyecto gracias al patrocinio del Grupo Argos.
Más información: http://www.museodeantioquia.co/exposicion/la-consentida/#/la-casita-de-arroz/

Hoy, a las 3:00 p.m.: La consentida es: La casita de arroz
La frágil arquitectura de una casita de arroz será el punto de inicio de reflexiones sobre la interdependencia del campo y la ciudad, así como la violencia y los peligros que, para muchas personas, significa trabajar por la recuperación política del espacio público y la vida en el campo.

«El fundamento de la obra es, básicamente, apuñalar la tierra. Es un dibujo hecho con puñal sobre papel y muestra la cartografía rota del departamento de Antioquia; una geografía imprecisa, no hay nada fijo, es una cartografía inventada y casi desecha. Está fundamentada en los sitios del Nororiente del país que tienen desplazamiento de indígenas hacia otros lugares por efecto del narcotráfico, de los paramilitares o del mismo Estado. Hago una revisión del lugar desde una óptica marginal», Rosemberg Sandoval sobre Mapa roto, una de las obras que a partir de este sábado exhibiremos en La consentida es: La casita de arroz, una serie de reflexiones, desde nuestra colección de arte, sobre la interdependencia del campo y la ciudad, y los peligros que, para muchas personas, significa trabajar por la recuperación política del espacio público y la vida en el campo.

Sandoval, que nació en Cartago, Valle, se formó en la Escuela de Bellas Artes de Cali y en la Universidad del Valle, donde se ha desempeñado como profesor del Departamento de Artes Visuales. Ha exhibido en Argentina, Brasil, Ecuador, España, Italia, México, República Checa, Suiza y Colombia. Su obra hace parte de las colecciones Daros de Zurich, Prometeo de Italia, y los museos de arte moderno de Bogotá, Cali y Cartagena, así como La Tertulia, de Cali.

Nos veremos este sábado, a las 3:00 p.m. con entrada gratuita, en la apertura de este montaje. Gracias al patrocinio del Grupo Argos.

Revisamos nuestra colección para señalar problemas que afectan a distintas comunidades y personas que se reúnen para desarrollar acciones políticas y ejercer ciudadanía: la persecución, el destierro y la muerte. Situaciones que han estado presentes por décadas en la vida del país, y que han quedado plasmadas en el trabajo de artistas históricos cuya obra ha ayudado a configurar nuestros imaginarios culturales, que miramos hoy desde una perspectiva contemporánea.

Este sábado, a las 3:00 p.m., le damos apertura a La consentida es: La casita de arroz, un proyecto que planteará reflexiones sobre la interdependencia del campo y la ciudad, así como la violencia y los peligros que, para muchas personas, significa trabajar por la recuperación política del espacio público y la vida en el campo. Entrada gratuita.

Realizamos este proyecto gracias al Grupo Argos.
En la imagen: El asesinato (1953). Rafael Sáenz.

«El equilibrio entre el campo y la ciudad se ha roto, las ciudades han crecido desmesuradamente debido a las numerosas migraciones. En este proceso el espacio urbano surgió, en muchos casos, más como el producto de una transacción económica que como una construcción en la que prevaleciera el interés por el bien común de los ciudadanos. Esto ha generado un uso del territorio privatizado y despolitizado, lo que se traduce en un desmoronamiento de la ciudad como espacio para la democracia. Se hace necesario, entonces, una profunda reflexión sobre cómo contrarrestar esta situación. Así, presentamos La consentida es: La casita de arroz, un proyecto que parte de la obra de Rosemberg Sandoval para plantear reflexiones sobre este tema por medio de obras de la colección del Museo de Antioquia, y que, a la vez, es preámbulo de nuestra próxima exposición temporal Polis: hacia la reconstrucción política de la ciudad». Carolina Chacón y Juan Camilo Castaño, curadores.

Nos vemos este sábado, 18 de agosto, a las 3:00 p.m., para la apertura de La consentida es: La casita de arroz, gracias al patrocinio del Grupo Argos.

Más información: https://www.museodeantioquia.co/evento/la-consentida-es-la-casita-de-arroz/

Varias de las mejores flores de la ciudad están en nuestra colección: La niña de las rosas(1904) , Francisco Antonio Cano.
¿Nos visitan este fin de semana? Recuerden que los estudiantes de cualquier institución educativa del Valle de Aburrrá tienen ingreso gratuito, cada uno debe presentar su carnet en nuestras taquillas. También, las personas que habitan los estratos 1, 2 y 3, del municipio de Medellín, tienen acceso libre, solo deben presentar la cuenta de cobro de los servicios públicos y, por cada una, entran hasta cinco personas.
Los niñas y las niñas menores de 12 años de edad tienen ingreso gratuito al Museo. Los adultos mayores de 60 años tienen descuento del 50% en el valor de su boleta.
Todos nuestros horarios y tarifas, aquí: https://www.museodeantioquia.co/su-visita/#/horarios-y-tarifas/

¡Últimos días!, hasta este domingo: Boterosutra.
Realizamos esta exposición gracias al patrocinio de Bancolombia y Comfama