Octubre 2015 - Marzo 2016

Cuatro jóvenes que pasaron por situaciones de explotación sexual decidieron no callar más. Por eso quisieron hacer parte de 'La feria de las flores', proyecto de la artista Núria Güell para el Encuentro Internacional de Arte de Medellín, MDE15.

“Los que vemos y callamos somos responsables”

En las comunas de Medellín los “duros” del barrio les piden a las familias que guarden vírgenes a sus niñas de 7 u 8 años para venderlas cuando ya estén más grandecitas. En taxis que bajan del aeropuerto y en hoteles de la ciudad ofrecen menores de edad por catálogo a los extranjeros. Adolescentes son engañadas con la idea de ser modelos para ser esclavizadas sexualmente. Mamás obligan a sus hijas a prostituirse “por necesidad”.

¿Quién habla de esto? ¿Quién denuncia? ¿Quién actúa?

Yolanda, Valentina, Jade y Evelyn, cuatro jóvenes que pasaron por alguna de estas situaciones de explotación sexual decidieron no callar más. Por eso quisieron hacer parte de La feria de las flores, proyecto de la artista Núria Güell para el Encuentro Internacional de Arte de Medellín, MDE15. Este trabajo fue el resultado de una investigación que Güell desarrolló en la ciudad en la cual descubrió que una de las principales problemáticas es la explotación sexual infantil, considerada una forma de esclavitud y que a pesar de su gravedad, pasa inadvertida debido a la indiferencia y a la complicidad de la sociedad. Se puso en contacto con organizaciones que trabajan con niñas, niños y adolescentes  que sufrieron o están en riesgo de explotación sexual y de allí resultaron las guías de su proyecto.

La feria de las flores consiste en un recorrido guiado por cinco pinturas y dos esculturas del artista Fernando Botero ubicadas en el Museo de Antioquia que fueron elegidas en conjunto por Yolanda, Valentina, Jade y Evelyn.  A partir de los personajes de estas obras ellas narran su vida y las situaciones de abuso a las que se enfrentaron.

“Decidí participar porque es un alivio decir lo que nos pasó, para que otras personas no digan que esto nunca sucedió. Es una alegría muy inmensa que lo escuchen a uno porque a mí nunca nadie me había escuchado, nadie sabía lo que me pasaba o si sabían no les importaba”, cuenta Yolanda, una de las guías del recorrido.

Por su parte Valentina, una menor de 16 años quien también acompaña el recorrido, asegura que cuando Núria le propuso participar en La feria de las flores pensó que era la oportunidad para poder sacar y decir lo que siente. “Yo creo que hablar con las personas es una terapia. Yo llegué acá y me liberé mucho. Lo más importante es que las personas que vienen escuchen esto que está pasando para que no les pase a sus hijos o a los hijos de sus hijos”.

Estas visitas guiadas son realizadas dos veces a la semana, los lunes y los sábados a las 2:00 p.m., comenzaron desde el 6 de noviembre, día de la inauguración del MDE15 e irán hasta marzo de 2016. Valentina y Yolanda recuerdan su primera visita, tenían ansiedad y miedo porque no sabían con qué gente se iban a encontrar ni cómo iban a reaccionar delante del público. “Yo al principio me sentía con mucho miedo, como con rabia con todo el mundo, para mí todo el mundo era mi enemigo, nadie me caía bien”, describe Valentina.  Para Yolanda fue difícil el inicio pues no estaba acostumbrada a hablar de ella misma: “Nunca me gustaba hablar de mí, nunca me gustaba contar mi historia, lo que me sucedió, yo sentía dolor por dentro y hacía como si nada pasara”.

feria de las florews

Cada visita es diferente, tanto la que hacen en conjunto Yolanda y Valentina, como la de Jade y Evelyn. Cada vez que hablan es distinto, depende de cómo se sienten, del tipo de público que las visita, de lo que quieran decir. Algunos días hay lágrimas, abrazos, otros tranquilidad, otros rabia, otros ironía. Hay unos días más fáciles que otros. “Aquí hay veces siento dolor pero trato de acumularlo porque me da miedo derrumbarme delante de toda esta gente”, narra Yolanda.

Fueron ellas quienes eligieron cada una de las obras que hace parte del recorrido porque se dieron cuenta de que eran las que mejor describían los dolores y las situaciones por las que habían pasado. Los diálogos también son una construcción de las cuatro y a través de ellos denuncian y cuestionan la violación, la cosificación del cuerpo de la mujer, la venta de virginidades, la complicidad de las familias en los casos de explotación, el dolor que sintieron, las drogas con las cuales las mantuvieron sedadas para no sentir, los estereotipos a las que son sometidas las mujeres. Su rabia, su desconfianza, su historia, sus lágrimas, sus silencios, los culpables.

¿Por qué esto es arte?

Valentina y Yolanda tienen claro que participan en un Encuentro Internacional de Arte, y tienen sus argumentos para definir por qué esta acción que realizan de la mano de Núria Güell es arte.

Según Valentina muchas personas llegan al Museo y “ven un simple cuadro, ven unas personas dibujadas ahí y yo creo que es arte porque está dibujada nuestra vida. Aunque ellas no lo vean nuestra vida está reflejada en esos cuadros y el arte se ve. Fernando Botero nunca se imaginó que sus pinturas iban a servir para exponer este tipo de situaciones, sin él pensarlo dibujó o pintó cosas que nos han llevado a hablar de una realidad. Para mí es mucha arte porque se está uniendo el arte y lo que está pasando afuera, sin él pensarlo nos está ayudando mucho a nosotras”.

La casa de Amanda Ramírez

La Casa de Amanda Ramírez (1988)-Fernando Botero

El recorrido finaliza con la pintura La Casa de Amanda Ramírez. Cuadro que según ellas reúne todas las historias que quieren contar. Hay una mujer asomada en la puerta que es la que más les llama la atención. Al principio Valentina lloraba cuando empezaba la descripción de este personaje, después de un mes de recorrido ya no lo hace  pero todavía suspira y dice: “esta mujer somos todos, que vemos lo que está pasando y nos callamos. Los que vemos y callamos somos responsables”.

Al final en el público aparecen algunas lágrimas, suspiros, aplausos, preguntas. Unos se van antes de terminar, otros se ríen, otros se van sin pensar. El recorrido se acaba, el público se va, ellas también se van, con su historia y esperando la próxima visita guiada. Decidieron que su futuro y el de muchas otras personas va a ser distinto porque no quieren que se repitan estos abusos. Valentina sueña con ser policía de infancia para ayudar a que no se repitan estas historias de vida y para cambiar lo que las personas piensan de ella. Yolanda quiere ser fiscal y resolver los casos como los de ellas e impedir que vuelvan a suceder.

*Sobre Núria Güell

Núria Güell hace parte del tema del MDE15 Dinámicas de poder sobre el cuerpo. Su  obra aborda los límites de la legalidad, detectando los abusos de poder cometidos por las Instituciones que nos gobiernan a través de la legalidad establecida y la moralidad hegemónica. El coqueteo con los poderes establecidos, los privilegios del mundo del arte y la complicidad con diferentes aliados son los recursos en los que basa sus operaciones artísticas, que diluyéndose en los límites de su propia vida se desarrollan como tácticas disruptivas en contextos específicos con el objetivo de subvertir las relaciones de poder instauradas.

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