Federico Guzmán
España
Nació en Sevilla, España, en 1964; actualmente vive y trabaja en su ciudad natal. A través de su trabajo, Guzmán explora los territorios de entrecruzamiento entre historia, cultura y naturaleza, los cuales forman el sustrato en el que crecemos: nuestra tierra, nuestra ciudad, nuestro lugar.
Desde hace años promueve su particular “revolución verde”, con proyectos como Matitas Divinas, expuesto en su país de origen en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla (2001); Insideout: jardí del Cambalache, en la Fundación Antoni Tàpies, en Barcelona (2001); y El Mercado Arrollador, en la Galería Pepe Cobo de Madrid (2006).
En Colombia ha trabajado ampliamente en proyectos como El Reencauche, presentado en la Casa Cultural El Solar, Bucaramanga (1998); Chagras de los Espíritus (con Andrés Corredor), exhibido en la Biblioteca del Banco de la República, sede Leticia, Amazonas (2000); Museo de la Calle (con el Colectivo Cambalache), presentado en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá (2000); Expedición a El Dibujo, en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, Bogotá (1999). Ha participado en las versiones V y VI del Festival Internacional de Performance de Cali, en 2002 y 2006, respectivamente.
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FEDERICO GUZMÁN
Taller de injertos y plantas artificiales
El mato de tomaco es un taller de arte y agronomía que gira en torno a una planta fantástica: el tomaco, un injerto de tomate y tabaco nacido de la imaginación delirante de la cultura popular. En un memorable capítulo de la teleserie Los Simpsons, su protagonista, Homero Simpson, se hace agricultor y de manera accidental descubre el tomaco, un híbrido mutante de tomate y tabaco. A pesar de que sus rojos frutos presentan un interior ocre y reblandecido, todo el que lo prueba se vuelve inmediatamente adicto, por su alto contenido en nicotina. El tomaco es una droga poderosa. En pocos días, Homero se hace rico vendiendo tomaco.
En un recorrido de la ficción a la realidad, el artista propone que nos apropiemos de este injerto fabuloso para que sea cultivado en nuestra tierra. El tomate y el tabaco, plantas originarias del “Nuevo Mundo”, cultivadas desde hace milenios, pertenecen a la familia de las solanáceas, lo que permite el injerto y el cultivo de ambas especies en una sola planta. Uniendo sus tallos y compartiendo su clorofila, las plantas se ayudan entre sí, y funden sus nombres, mitos y genealogías. El tomate, jugoso alimento, representa el cuerpo; el tabaco, planta sagrada y droga poderosa, representa el espíritu. La unión de los dos mundos en el tomaco significa trascender la dualidad de géneros, la diferenciación de comida y droga, enfermedad y remedio, y cuerpo y alma, celebrando la unidad profunda de toda la naturaleza.
Durante el taller aprenderemos la técnica de los injertos y el cultivo de tomaco y realizaremos modelos escultóricos de la planta en látex y goma espuma.
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