Enfoque metodológico

 

 

El enfoque metodológico del Aula Taller, según su orientación, está basado fundamentalmente en los conceptos de la IAP -Investigación, Acción Participación-. Uno de los aspectos claves de este enfoque es el valor que le otorga a la acción-praxis (proceso síntesis entre teoría y práctica), y el valor que tiene la participación. Pero también considera la investigación fundamental en tanto propone la reflexión de la realidad o dicho de otro modo, del contexto, no solo para conocerlo, sino para transformarlo. En este caso hacemos referencia fundamental a que los docentes puedan leer e intervenir en sus propios contextos (sistema familiar y escolar por ejemplo).   

 

 

En los supuestos de este enfoque metodológico se resalta el hecho de que la investigación y la acción se funden creadoramente en la praxis o acción. No se investiga o se leen los contextos por el mero placer de conocer; especialmente si reconocemos que la validez de la lectura de textos-contextos (investigación) la otorga la acción.

 

Epistemológicamente: supone romper con el binomio clásico de sujeto y objeto de la investigación. La lectura de contextos -investigación-, que se realice será resultado del aporte directo de los participantes -educadores, educandos-.

 

Políticamente: supone el que toda investigación parta de la realidad con su situación estructural concreta, y la reflexión, para ayudar a transformarla creativamente, con la participación, en este caso de los docentes y por supuesto de sus educandos.

 

Metodológicamente: supone un proceso modesto y sencillo al alcance de todos, pero a la vez, promueve la participación procesual, busca que los participantes asuman critica y estructuralmente la realidad, reflexionen seria y profundamente sus tendencias, y lleguen a conclusiones validadas por ellos mismos, que les permitirá construir estrategias de cómo incidir en ella para seguirla reflexionando.

 

En este sentido, la preocupación fundamental por los procesos que se desarrollarán en el aula taller, estarán centrados en la construcción del sujeto y cómo él, desde su propia sensibilidad, subjetividad y sociabilidad, puede incidir en sus entornos más inmediatos.

 

Tal como lo señalan Leroi Gourhan, y Mclaren, si el propósito de la educación es la construcción del sujeto, entonces los interrogantes no son el "qué", ni el "cómo" y ni siquiera el "por qué", sino el "para qué". Ya no son los objetos los modelos, ya no se trata del viejo y caduco procedimiento de la mímesis, esto pasó a la historia, sino cómo  la vida cotidiana y el entorno inciden en nuestra mismidad, y cómo construimos entonces nuestros conceptos para afrontar no sólo nuestro caminar en el mundo sino producir para nosotros.  En alguna manera se trata de poner en práctica la democracia al abordar el conocimiento en el aula, pasando por el: "yo voto, tu votas, ellos deciden" al  "yo voto, tu votas, nosotros decidimos".

 

En ese sentido Mclaren nos posibilita una reflexión que nos acerca a los postulados de la IAP:

 

"La relación entre la teoría y la práctica debe ser entendida como dialéctica, de tal manera que la teoría resulta emerger siempre de la práctica y la práctica se configura siempre con una forma de teoría. El simple hecho de que las personas no se planteen conscientemente cuestiones referentes a las teorías que dan forma a su práctica, no quiere decir que carezcan de teorías, sencillamente indica que no las hacen explícitas”

 

A esta postura consideramos importante agregar  lo que afirma Paulo Freyre, cuando señala que, la experiencia no habla por si misma, tampoco “ninguna experiencia está simplemente dada”. “Experiencia y lenguaje se entrecruzan, no hay primacías, ni vencidos ni vencedores, a no ser que exista una muy mala o tendenciosa comprensión que privilegie un campo frente al otro porque la experiencia realmente se estructura a través del lenguaje pero éste sin la experiencia no es más que mera verborrea. Por eso la pedagogía crítica sostiene que “es importante pensar al lenguaje no como anterior a la experiencia sino como constitutivo de la experiencia”. En este sentido señalamos la importancia de hacer consciente tanto el lenguaje -texto-contexto- y con él, la praxis. 

 

 

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