Fernando Sánchez Castillo

 

Fernando Sánchez Castillo

 

España

 

 

 

 

 

FERNANDO SÁNCHEZ CASTILLO
Todos somos indeseables, 2007
Técnica mixta: materiales diversos

 

Artista español nacido en Madrid en 1970. Becado en la Escuela de Bellas Artes de París, para trabajar, entre otros, con Franz West es, en 1999, el único artista español seleccionado por las curadoras Catherine Grenier, del Centro Georges Pompidou, y Catherine Kinley, de la Tate Gallery, para participar en la exposición “Abracadabra” de la Tate Gallery. En 2000, participa en la exposición “Toy Stories” en la Sala Amadís, comisariada por Fernando Castro, y es becado por la Fundación Marcelino Botín de Santander. En 2001, participa en Obsorge, junto con Franz West, Zug, Suiza, y en Liste´01 en Basel, con la Galería Romain Larrivière. Con su obra Todos somos indeseables y Nada por la patria, Sánchez Castillo fue invitado a participar de la pasada exposición Carta(ajena) realizada en la ciudad de Cartagena de Indias como un evento paralelo al IV Congreso Internacional de la Lengua Española.

 

En su trabajo, Fernando Sánchez Castillo (Madrid, 1970) reflexiona sobre las formas en que el Poder se manifiesta en la sociedad. Bien sea mediante deconstrucciones de la retórica grandilocuente de la escultura monumental (bustos, estatuas ecuestres que entierra, disecciona o fragmenta) como en la apropiación crítica de eslogans y frases tomados de diversas fuentes -como las consignas revolucionarias, los grafittis contestatarios o las inscripciones en los edificios públicos- Sánchez Castillo realiza un cuestionamiento al poder al fragmentar o descontextualizar sus símbolos, que desprovistos de su ámbito “seguro” de lectura y sin el amparo de la coerción, se revelan como frágiles, ambiguos y vulnerables.

 

“Todos Somos Indeseables” es una de estas frases. Como en otras de sus apropiaciones semánticas -“Nada Por La patria: (una variación del “todo por la patria” que aparece en los cuarteles españoles”, “Temblad, tiranos” (proveniente de un estandarte de la revolución Francesa” o “A cada cual lo suyo”- las frases no son señaladoras de alguien en particular, sino que tienen la característica de cambiar de sentido en función del que las lee. Es por eso que las frases de Sánchez Castillo generan tanta incomodidad: nos hacen ver que si nos molestan es porque -consciente o inconscientemente- sabemos que se refieren a nosotros. Al respecto, el artista ha escrito:

 

“Al mostrarse cualquier producto del arte en público casi siempre ofrece la sensación, decepcionante, de que el sentido o la intención primaria han sido teñidos por un tono de espectáculo. El tipo de luces utilizado, el de los festejos populares, alude a un tiempo de feria, de fiesta en las pequeñas ciudades (el pueblo), supone un tiempo en el que la felicidad, sin mayor reflexión, es posible. Un tiempo y un lugar de tregua en el que la utopía se hace real. En las verbenas y atracciones, la música pachanguera, la comida, el vinito y la cerveza crean un clima de éxtasis colectivo en el que cualquier mensaje por absurdo que parezca, teniendo luz propia, puede validarse, puede revivirse. Moholy-Nagy después de la Gran Guerra expresaba así su frustración: “Miles de artistas, no hemos contribuido en absoluto al progreso moral o físico de la humanidad”; casi un siglo más tarde, en el único Mayo desde entonces posible, descubrimos que todos somos indeseables…Y con ese calor y esa luz, celebramos hoy, nuestra domesticada verbena”

 

José Roca.

 

 

 

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