¿De qué está hecha la memoria?

26.11.2011

Sólo cuando los bombillos iluminaron los rostros perfilados de las cosas, ‘el bus’ —como ya se habían acostumbrado a llamarlo en el barrio Antioquia de Medellín— se convirtió en museo.

Patricia Nieto, prólogo al libro ‘La piel de la memoria’

‘Combos’, milicias, narcotráfico, plazas, violencia, conflicto armado… es la maquinaria de guerra que marcó de manera voraz la ciudad de Medellín en los años 90 y que en Barrio Antioquia tuvo un desenlace particular. Un proceso de desmovilización unánime en el que los 4 ‘combos’ del sector dejaron las armas para darle entrada a la paz. Un largo proceso que se conoció como “La piel de la memoria”.

Desde 1997 la Corporación Presencia Colombo Suiza y la Corporación Región realizaron el proyecto “Historias de barrio”, que buscaba recuperar historias y hacer un proceso de reconstrucción colectiva con los jóvenes que estaban en medio del conflicto. Más adelante no sólo participaron jóvenes que formaban parte de manera directa en las dinámicas del conflicto, también estuvieron distintos habitantes de Barrio Antioquia, pasando por activistas, organizaciones, investigadores, artistas, entre otros. 2 años de esfuerzos que en 1999 dieron paso a un proceso de desmovilización de 120 jóvenes.

Este proceso se convirtió en un referente en contextos locales y nacionales sobre la memoria y la reconstrucción social. 12 años después, el MDE11 fue el espacio propicio para examinar y releer este trabajo. Una instalación con 2 proyecciones, 2 videos en pantallas planas, 3 vitrinas con materiales contextuales y de archivo, y un estante con objetos y textos que rehacen la historia de un barrio, de una sociedad, de un conflicto vivido a flor de piel.

 

El bus de la memoria

Un “Bus Museo que llevaba todos los recuerdos” fue el trabajo que construyó la comunidad de Barrio Antioquia con la artista norteamericana Suzanne Lacy y la antropóloga colombiana Pilar Riaño. Fue un bus con más de 400 objetos instalados en vitrinas que “hacían la memoria” y que fueron aportados por los mismos habitantes que vivieron el conflicto.

Suzanne Lacy y Pilar Riaño se dieron en 2011 a la tarea de reunir a varios de los participantes de “La piel de la memoria”. Irma Piedrahita, habitante y líder comunitaria del sector, cuenta la  historia del pantalón de ‘El Tuñeco’, el cual pasó a ser parte del bus de la memoria:

“Yo puse el pantalón de un amigo que nos lo habían matado. Nos lo encontramos y estaba lleno de agujeros. Una señora nos decía que el pantalón con el que habían matado a ‘El Tuñeco’ estaba por allá; y fuimos, y era verdad. Estaba ‘ensangrao’ (sic) en una bolsa. Una amiga y yo lo lavamos y nos lo poníamos. Ella un fin de semana, y yo el otro fin de semana. Cuando nos preguntaron por el ‘objeto’ para el museo de la memoria, nosotros dimos ese pantalón.”

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