EL HOMBRE SIN PASADO. Dirección, producción y guión: Aki Kaurismäki. País: Finlandia. Año: 2002. Duración: 97 min.
Un hombre sin pasado" nos ofrece una nueva faceta de "Nubes Pasajeras" (Drifting clouds), película que Kauris-mäki realizó en 1996. Al principio de esta nueva película, un hombre (Markku Peltola) que ha viajado a Helsinki buscando trabajo, es asaltado, golpeado y como resultado pierde la memoria teniendo así que continuar su vida partiendo de cero. Descubre el amor y se ve obligado a descubrir valores con los que vivirá sin avergonzarse. Una pequeña historia sobre gente que aún sabe cómo ser amable.
PARA TODOS LOS GUSTOS, Dirección Agnès Jaoui. Francia. 2000. Duración 112 m.
Un empresario conoce a una actriz, que es amiga de una camarera, que, a su vez, conoce a un guardia de seguridad, que trabaja con un chófer, al servicio de una decoradora, mujer de un empresario, que querría trabar amistad con artistas que… Es la historia de los gustos de unos y de los colores de otros. Es la historia de personajes y entornos que no tendrían nunca que haberse conocido al resultar imposible alterar los marcos de referencia y las barreras culturales sin que se planteen problemas.
ITALIANO PARA PRINCIPIANTES. Dirección y guión: Lone Scherfig. País: Dinamarca. Año: 2000. Duración: 108 min.
Una cálida comedia, realizada bajo las tesis del cine dogma, acerca de seis personajes un tanto singulares. Todos ellos se han apuntado a un cursillo de italiano, donde el ambiente latino rápidamente se extiende y los enredos evolucionan. El joven cura Andreas ha llegado a su nueva parroquia en una ciudad pequeña y gris. Tiene que sustituir al párroco Wredmann, quien se ha enemistado con los feligreses. El resentido Wredmann se ha atrincherado en la casa del párroco y no tiene ninguna intención de dar cobijo al nuevo cura, por lo que Andreas se ve obligado a alojarse en un hotel. En el hotel encuentra al tímido y acongojado conserje, Jørgen Mortensen, que tiene lo suyo en que pensar. En primer lugar, le acaba de pedir el jefe del hotel que despida a su amigo de la infancia, Hal-Finn, y, en segundo lugar, está profundamente enamorado de la belleza latina Giulia, pero no acaba de confesárselo. Evidentemente se complica más el hecho de que ella no comprende danés y él, por de pronto, sólo alcanza a pedir una Jolly Cola (la versión danesa de Coca Cola) en italiano.
PROMESAS EE.UU., 2001, 106′. Dirección. Carlos Bolado, Justine Shapiro y B. Z. Goldenberg.
Viven a 20 minutos de distancia entre sí, pero no sólo hablan distintos idiomas: en la mayoría de los casos, también se consideran enemigos. Son siete chicos, cuatro israelíes y tres palestinos, entre 9 y 13 años. Todos son víctimas, no sólo de una situación de guerra cotidiana sino también de la violencia atávica y de los prejuicios con que han sido inculcados desde que nacieron. Varios de ellos, además, tienen la experiencia de haber padecido la muerte violenta de algún amigo o familiar directo, en un atentado terrorista palestino o bajo la metralla indiscriminada del ejército israelí. El mérito de Promesas, un documental realizado por tres cineastas, es haber sabido mirar hacia una realidad que está allí, al alcance de todos, pero que es permanentemente olvidada por la cobertura de los medios: la de los chicos de la guerra.
Filmada en Israel y en los territorios ocupados de la franja occidental entre 1997, 1998 y 2000, Promesas tiene el pudor y la nobleza de evitar los golpes bajos, de cualquier índole. La película se limita a hacer preguntas sencillas y a escuchar atentamente las respuestas de unos y a otros, hasta eventualmente ilusionarse con la posibilidad de un encuentro, aunque sea fugaz, entre algunos de ellos. Nada más, pero tampoco nada menos.