- El artista Antoni Muntadas y su manera particular de concebir el arte.
Por Beatriz Mesa Mejía Profesión: Editora Nacionalidad: Colombiana
Contexto
Varios son los artistas nacionales e internacionales que se han dado cita en Medellín en este primer semestre del año. Todo gracias al Encuentro Internacional de Prácticas Artísticas Contemporáneas convocado por distintas entidades y liderado desde el Museo de Antioquia. Uno de estos invitados especiales es Antoni Muntadas, cuya obra se puede ver en el Museo de Arte Moderno.
Muntadas, que comenzó siendo pintor en los agitados años sesenta, ahora realiza un proyecto macro, en el cual ofrece su mirada a ciertos fenómenos contemporáneos.
Una obra en la cual la participación del espectador es fundamental. Sus instalaciones tienen que ver con lo antropológico. Hay video, fotografías, intervenciones en la red. Para él importa tanto el tiempo como el espacio, tanto la forma como el contenido. Es, además, un viajero permanente y son numerosos los escenarios en los cuales se han visto sus obras. Nació en España, vive en Nueva York, y tiene una intensa agenda de trabajo.
El uso de la tecnología sirve al artista para ofrecer una mirada plural del mundo y de la manera como es habitado y transformado. Los rituales urbanos, el miedo, la soledad del hombre contemporáneo; las estrategias de la publicidad, del poder y de los mass media, están en sus proyectos, los cuales tienen que ver unos con otros, y han sido presentados de manera individual o como parte de bienales, como la de Venecia o Sao Paulo.
Presentamos una conversación con el artista.
Antoni Muntadas tiene su mirada alerta. Al artista español le interesan los rituales urbanos, los límites entre lo público y lo privado, las lides del poder y de la percepción, las difíciles formas de comunicación, la alteración de significados en un mundo traducido.
El uso de la tecnología es fundamental en sus proyectos, en los cuales la idea de lo híbrido actúa como un detonador de sentidos. Generación conversó con él durante su visita a Medellín, que hizo como participante del Encuentro Prácticas Artísticas Contemporáneas.
¿En sus proyectos, qué va primero, la forma o el contenido. O los dos al mismo tiempo?
"Creo que van juntos y no pueden disociarse. A partir de la forma percibimos y a la vez racionalizamos el contenido. Los medios los uso y me sirven para definir y realizar un proyecto. El proceso de trabajo me define qué medio voy a utilizar, por lo cual no me asocio a una etiqueta o categoría en particular. Con relación al uso de los medios y tendencias, prefiero estar al margen de las clasificaciones, porque creo que el trabajo es transversal. El proceso de trabajo es un continuo y un proyecto me lleva a otro. Yo creo que la mayoría de estos proyectos se nutren de una realidad exterior. Me pregunto qué y cómo miramos y a partir de ahí, cómo las imágenes y la sociedad se construyen. Los proyectos, creo que quedan abiertos".
¿Qué es el arte para usted?
"Creo que el arte es percepción e información. En mis trabajos hablo de proyectos. Cada intervención se ha definido a partir de una idea o concepto. Y para desarrollarlo, la mayoría de las veces, debo reunir un equipo. Solo no podría hacerlo. Algunos proyectos me llevan varios años de realización, aunque es evidente que hay diversos proyectos desarrollándose simultáneamente. El proceso es más cercano a los procesos de trabajo de la arquitectura o el cine. Vengo de la pintura y pasé por la universidad, lo que me sirvió para entender métodos de trabajo. Al final de los años sesenta se crean rupturas y creo que soy producto de ellas".
El tema del miedo ha hecho parte de su obra. ¿Cómo se ha transformado la definición de miedo?
"Cada uno tiene una interpretación diferente del miedo y la mía es la suma de muchas. Trabajé esa noción en el proyecto On translation: Fear/Miedo, que realicé en la frontera de San Diego (Estados Unidos) y Tijuana (México). Recogí testimonios de la gente de la zona en torno a lo que significaba para ellos el miedo. No es lo mismo sentir miedo en el Norte que en el Sur de la frontera. El miedo ha sido desarrollado últimamente en parte por los mass media y en cierta manera se ha instrumentalizado políticamente. Hay, por tanto, miedos psicológicos y físicos y una gran incertidumbre frente a lo desconocido, o frente a una posible manipulación social y política".
"Creo que la definición de miedo se ha transformado. Ahora es algo más sutil y eso forma parte de las estrategias del poder, lo mismo ocurre con la censura, porque la manera como se instiga a sentir miedo se hace de una manera camuflada; hay un proceso de maquillaje, de ocultamiento. En 1984 comencé con Marshall Reese un proyecto, Political advertisement, sobre la publicidad política en Estados Unidos y cómo se venden los candidatos como si fueran productos comestibles, con técnicas complejas en las que se invierten grandes fortunas, y por lo tanto hay que recuperar".
Hay una frase suya escrita en distintos idiomas y puesta generalmente en espacios abiertos: Atención: la percepción requiere participación. ¿Qué hay detrás?
"Es una forma de interrogar, de alertar y cuestionar. La pregunta sería ¿Cómo percibimos las imágenes? ¿Qué relación tenemos con ellas? Y ¿qué tan implicados estamos con ellas? … Ver no implica compromiso o percepción… Ver no es percibir".
¿Es como un subtexto que habita sus proyectos?
"Creo que para entender es necesario involucrarnos. Y esto posibilita interesarse en las cosas, la posibilidad de ser receptor activo".
Dentro de esa idea de participación del espectador, usted hizo un trabajo en Colombia hace algunos años y se relacionaba precisamente con esa indiferencia, en este caso, al dolor.
"La guerra de Vietnam se vio en televisión; los padres vieron morir a sus hijos en directo. Y esto nos ha inmunizado. On translation: el aplauso es una reflexión sobre los medios de comunicación y su influencia. Mostraba imágenes de violencia militar, doméstica, sexual, política, económica, social… contrastándolas con imágenes de personas que aplaudían, queriendo así dar cuenta de esa inmunización al dolor. El aplauso aquí era una situación extrema, que cumple también una función metafórica. Evidentemente es extendido a otros lugares, no sólo a Colombia".
En su trabajo el espectador completa la obra. No todos los artistas piensan en él.
"El trabajo de un artista o de un escritor, no existe si no hay espectador o lector. Hay un acto personal, una necesidad de expresar, pero si no hay un público, esa labor se queda en el vacío. Creo que el arte no es exclusivo sino inclusivo".
Hace uso del video y de la fotografía; interviene la red y el espacio público. Su obra da cuenta de las infinitas posibilidades del arte.
"En 1988 hice un trabajo que titulé Híbridos, y que coincidió con las ideas que estaba desarrollando Néstor García Canclini, que dio a conocer en su libro Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Los espectadores no entendían cómo podía definir mi trabajo como "híbrido", era, aparentemente, una contradicción en aquel momento. Sin embargo, desde aquellos años yo entendí que todo está relacionado, que hay un tejido cultural, social, político…. Que todo está contaminado y el concepto de pureza es una concepción romántica".
Otro de sus proyectos tiene que ver con un ritual urbano: hacer cola. Y la hacemos en bancos, oficinas de migración, restaurantes, entradas a museos y a estadios. Se hacen colas en la discoteca y en la Iglesia.
"Stand by, es una serie de imágenes -fotografías- de gente haciendo cola. Un asunto totalmente urbano del que pareciera no pudiéramos escapar. La cola implica orden, imposición, regla. El ritual contemporáneo de las colas me llevó a pensar en la relación orden y tiempo. La cola existe en Colombia, en España, en Estados Unidos, en Afganistán… Esos rituales son fenómenos urbanos que se producen antes, incluso, de la globalización y son síntomas de cómo nos organizamos y cómo consumimos.
Este trabajo, como otros 40 más pertenecen a la serie On Translation, plantea una revisión al concepto de traducción, pero no vista desde la obra literaria, sino relacionada con situaciones culturales, lingüísticas, políticas y también económicas… Fenómenos de traducción, interpretación y transcripción.
También esta "traducción" tiene que ver con la interpretación que hacemos del mundo… Vivimos un mundo traducido. Me interesa observar, analizar, esos estados complejos que hacen parte de un protocolo donde entra el manejo de la burocracia, de la administración, en un mundo totalmente controlado".
¿Y qué piensa de los estereotipos?
"Realicé un trabajo, Marsella, mitos y estereotipos, y percibí que toda ciudad tiene un mito que se funda adentro, y hay un estereotipo que se crea afuera. En el caso de Marsella el estereotipo se construye en París… En Medellín, por ejemplo, creo que hay una visión que se incluye en el estereotipo, pero hay otras lecturas que no fluyen. Creo que esta ciudad ahora visibiliza cosas que antes eran invisibles… Creo que esto es muy positivo".
Suplemento Generación, periódico El Colombiano, Medellín, 17 de junio de 2007, páginas 12 y 13