En un ambiente la obra pierde su marco, su tamaño, su carácter inmóvil y se integra en el espacio circundante, el cual pasa a ser parte fundamental de su conformación final. El espectador abandona de este modo su condición pasiva, su estar en frente a para pasar a formar parte de. Así puede participar activamente en la definición espacial de la obra, al recorrerla y explorarla, en un diálogo con la obra que provoca una múltiple percepción sensorial. Ver Cildo Meireles . (2)
2. Guasch, Ana María..La trama de lo moderno. Ediciones Akal, Madrid, 1987