JOSÉ ANTONIO SUÁREZ LONDOÑO
Dibujos, 2007
Dibujo y técnicas mixtas sobre papel
Dimensiones variables
José Antonio Suárez nace en Medellín en el año de 1955. Estudia entre 1974 y 1977 Biología Pura en la Universidad de Antioquia. Entre 1978 y 1984 hace su grado y postgrado en la ESAV, en Ginebra, Suiza. Entre 1985 y 1990 trabaja como profesor de Diseño en la Universidad Pontifica Bolivariana. Vive y trabaja en la ciudad de Medellín y expone nacional e internacionalmente.
“La voy a guardar porque hay que guardar las cosas con mucho cuidado, aunque superficialmente parezcan cachivaches, esconderlas, envolverlas, porque cuando una saca a la luz algo que vale la pena, ellos se lo apropian, eso es mío, dámela, tú no entiendes nada, anda a coser, anda a jugar Bridge, llama por teléfono a tu prima, mientras ellos se quedan con lo que una encontró.
Uno de los personajes en ‘El Obsceno Pajaro de la Noche’ de José Donoso |
Parezco indicando una fatalidad histórica y no una continuidad crítica, pero recordemos que la verdadera libertad del joven consiste en reconocer tempranamente sus responsabilidades y tareas para o quedarse en la ingeniosidad
¿Qué existe sino esto en cada tanteo, en cada divertimento de José Antonio Suárez? Leerse, releerse, descontextualizarse, des-construirse, lo que hace cada día, parsimoniosamente y con la seriedad del verdadero jugador que se entretiene poniéndole señales falsas, direcciones erradas a sus críticos y contemporáneos, tal vez para demostrarles lo gratuitas que son sus clasificaciones, sus categorías. ¿Aquí en estos trabajos dónde quedó la obra gráfica y dónde ha entrado de lleno en la seriedad total de la pintura? ¿La realidad no es un problema de realismos? ¿Cómo olvidar del objeto su sombra?
¿Es esto una pera o es una forma que viene de la pintura a través de los siglos recordándonos la metamorfosis del color, la densidad de la materia, las posibilidades de los signos urgentes? ¿No hay colores en Odilon Redon que ya habíamos visto en Tiziano? Tenemos que volver a la humildad como recuerda Chesterton para descubrir en estos pequeños cuadros aquellas lecciones perennes de estética donde se diferenciaba lo monumental de lo colosal, la poesía de la melosería, el color de su simulacro. |