La educación artística como un saber interdisciplinario
El marco teórico de la propuesta está soportado en una relación interdisciplinaria entre el saber artístico y el saber pedagógico. Ello supone, entonces, la convergencia entre diversas disciplinas, que se entrecruzan para hablar de arte, para representarlo, para recrearlo, para transformarlo, para tomar de él sus saberes y prácticas, pero para que el arte tome de otras disciplinas, también sus saberes y prácticas y representarlas de manera sensible y artística. Estamos haciendo referencia a las ciencias duras, a la tecnología, a la arquitectura, a la medicina, entre otros campos del saber.
El saber artístico se propone desde:
· La perspectiva antropológica, mediante la cual se quiere reconocer los múltiples contextos culturales y sociales (carácter social e histórico) en que se desarrollan las diferentes manifestaciones artísticas y a través de ellas, poder transformar los contextos en que se desarrollan ciertas situaciones, las de las comunidades educativas por ejemplo.
En tal sentido, consideramos que “La antropología conforma un cuerpo de teorías y procedimientos, que pretenden explicar el comportamiento como ser social y creador de cultura. En este sentido las manifestaciones artísticas están inmersas en lo social y el ser individual se realiza en tanto integrante de la comunidad”[1]
· La dimensión estética del sujeto, planteada desde los actuales lineamientos curriculares para la educación artística, que señalan como fundamental el acercamiento a cuatro procesos fundamentales:
– Proceso de desarrollo de pensamiento contemplativo
– Proceso de transformación simbólica en la interacción con el mundo
– Proceso de desarrollo del pensamiento reflexivo
– Desarrollo de habilidades conceptuales. Proceso de desarrollo del juicio crítico.
Estos procesos nos remiten como complemento, a la experiencia estética, y a unas estéticas expandidas que ponen el acento, tanto en el creador como en el espectador, y su facultad de sensibilidad en relación con las manifestaciones y expresiones artísticas, tanto aquellas que están por fuera del sistema escolar, por ejemplo el arte tradicional o contemporáneo; como aquellas que le son propias a cada comunidad educativa y al sistema escolar en general, -vida cotidiana-.
“…la dimensión estética del arte, señalan los lineamientos curriculares, está asociada a la capacidad profundamente humana de conmoverse, sentir, expresar, valorar y transformar las propias percepciones con respecto así mismo y a nuestro entorno, de una manera integrada y armónica,…” “lo que permite el sentido estético no sólo para reconocer lo real, bello, agradable; también para reconocer lo feo, desagradable, o malo. Cuando descubrimos la inarmonía, el desequilibrio, encontramos el punto de partida para la toma de decisiones: es decir la capacidad de discernir, punto en el cual la ética y la estética se funden, y se integran en el ejercicio de la libertad”. (El subrayado es nuestro)
El saber pedagógico se propone desde[2]:
· El núcleo de la lectura de textos-contextos, a través del cual se quiere señalar que todo concepto puede –y tal vez debe- ser posible de ser asumido desde una realidad concreta -contexto cultural-, desde una praxis que nos devela hasta qué punto un concepto o una teoría no es más que mera especulación.
Los conceptos del concepto “Contexto Sociocultural” desde la idea explicitada por el Ministerio de Educación Nacional lo podemos entender así: “El contexto no es un molde estático de representaciones culturales sino que es una <<arena>> activa en la cual el individuo construye su comprensión del mundo y que está conformada tanto por los contenidos culturales tradicionales, como por las necesidades y expectativas individuales y colectivas que surgen del contacto con la sociedad amplia”
· El núcleo de la educabilidad el cual está relacionado con las condiciones de posibilidad de la persona. Esto es con su desarrollo biológico, psicológico y social concretos. Tiene que ver con la construcción de la subjetividad en contextos individuales y colectivos.
· El núcleo de la enseñabilidad entendido como núcleo conceptual que está dirigido a la didáctica, las estrategias y las acciones que hacen enseñable y posible un saber, en este caso el saber artístico
Desde estas perspectivas y núcleos, estamos proponiendo procesos de enseñanza y aprendizaje centrados no solamente en el arte tradicional propuesto desde la modernidad, (consideramos valiosos, entre otros, los contenidos del Museo de Antioquia como referentes importantes de ser reconocidos y recreados por los participantes del
La propuesta del
En tal sentido señala que, para que la intuición de los objetos (artísticos-cotidianos) sea posible se requiere, en primer lugar, de la cultura como proceso histórico, luego se precisa de:
-La sensibilidad que se materializa en el espacio-tiempo.
-La sensación que se logra a través del cuerpo y sus sentidos: vista, olfato, oído, gusto y tacto.
-La forma constituida por códigos y convenciones culturales.
-La carga o energía emotiva, es decir, la vitalidad del sujeto.
Bajo este contexto teórico nos interesa, con mayor énfasis, indagar y experimentar con los docentes, las premisas de una estética de la cotidianidad; esto es, de una mirada sensible a la vida cotidiana, que busca ampliar las percepciones, la capacidad sensible, el deseo por la experimentación, la capacidad de asombro, la contemplación y las necesidades de búsqueda que ocurren en el sistema de la cultura escolar, afectado por procesos que también acontecen en la ciudad, el entorno familiar, escolar y los medios, entre otros.
Aspectos pedagógicos del
El camino que se ha propuesto recorrer para alcanzar coherencia con el marco teórico, exige unas acciones pedagógicas durante el ciclo de enseñanza y aprendizaje del
El “efecto resonancia” ocurre cuando se logra la aceptación voluntaria y la convicción generalizada de que las propuestas y provocaciones generadas en el
Esperamos, entonces, que la propuesta pedagógica y metodológica, evolucione hacia la autonomía del docente participante, construyendo y reelaborando estrategias de enseñanza con el facilitador, para lograr aprendizajes significativos en la escuela.
Parte de las estrategias que se esperan asumir, son aquellas que privilegian el intercambio de experiencias y la reflexión de lo desarrollado en el
Esto puede ocurrir en la medida en que el docente demuestra capacidad para reconvertir sus habilidades y competencias con el objeto de responder a las necesidades que le van surgiendo en el quehacer pedagógico, es decir, en palabras de P. Matussek, lo que interesa es el proceso creativo entendido como la “Capacidad de descubrir relaciones entre experiencias antes no relacionadas, que se manifiestan en forma de nuevos esquemas mentales, como experiencias, ideas y procesos nuevos”.
Este planteamiento particular nos induce a considerar que:
- El saber (en este caso el artístico) no está dado sino que se construye en la experiencia del sujeto consigo mismo y con otros en un medio, el social, en este caso, la escuela.
- Nadie, en el proceso de enseñanza y aprendizaje parte de cero sino de lo que el sujeto ES en un momento dado. Precisamente un proceso implica ir de algún lado a otro pero llegar distinto, con un saber previo modificado cualitativamente.
- En tanto manifestación artística, la creación constituye un reconocimiento tanto de la autonomía del sujeto como de su auto identidad y auto conocimiento.
Estas consideraciones nos comprometen a centrar el proceso de enseñanza y aprendizaje en el ALUMNO (para el caso del
[1] Ceballos Córdoba Hugo H. Del arte de las sociedades a las sociedades del arte. Editorial UPB 2006. p.46
[2] Tomado del Proyecto de investigación Pedagogía y Didáctica de los Saberes del grupo de
[3] Mandoki, Katya. Prosaica. Introducción a la estética de lo cotidiano. Ed.Grijalbo. México, 1994. p. 78
[4] Ibid. P. 83