‘El camaleón’, recuperar la memoria sin perder la historia

21.10.2011

Una pared roja, un telón del mismo color, una mula con un camaleón en su interior, una vitrina: la curiosidad invita al espectador a atravesar el telón. La obra es ‘El camaleón’, un archivo visual que cuestiona la manera como se configura la sociedad contemporánea. La obra hace las veces de camuflaje: se mimetiza con el entorno dominante, sea para defender, sea para atacar.

Eduardo Molinari es el autor, un artista visual y docente del Instituto Universitario Nacional de Arte de Buenos Aires (Argentina). La obra, que se compone de dibujos, collages, fotografías, instalaciones y publicaciones, hace parte del Taller central del Encuentro Internacional de Medellín MDE11. Se trata, en definitiva, de una instalación-publicación que se acompaña de 194 documentos del ‘Archivo caminante’, un proyecto personal que empezó a desarrollar en 2001.

‘El camaleón’ es una metáfora que hace referencia a determinados “trucos” que estamos expuestos, dice Molinari, en esta sociedad “semiocapitalista” (modo de organización contemporánea donde la producción de signos es el principal cometido de las economías neoliberales). Las imágenes conforman 4 grupos: invisibilidad, levitación, camuflaje y disfraz.

¿Quién ejecuta esos trucos, quién es el mago, el camaleón? Estas son preguntas que la obra plantea.

 

MDE11: ¿Cuál es el primer encuentro, la primera impresión que tiene el espectador con ‘El camaleón’?

Eduardo Molinari: Para el espectador hay 2 señales que pueden despertar la curiosidad: la imagen de la mula que contiene en su interior al camaleón y la referencia al ‘Archivo caminante’. En la imagen lo que se activa es la idea de que el trabajo de construcción de una memoria social siempre es un trabajo que requiere mucha sabiduría, al igual que las mulas en los caminos difíciles de las montañas: cuándo moverse y cuándo detenerse…

Por otro lado, todo archivo o trabajo de memoria implica que hay recuerdos valiosos que abren dinámicas que tienen que ver con el secreto o el olvido. ¿Cuáles son los secretos más valiosos para una comunidad y cuáles las cosas que es mejor olvidar para que no terminen siendo lastres? En ese sentido, ‘Archivo caminante’ trata de ser un transporte de recuerdos con potencias en su interior, por lo que las imágenes que trato de recabar son aquellas a las que les encuentro una potencia interior, como algo vital.

¿Cómo es eso de los métodos de investigación aplicados al arte?

Para el MDE11 se planteó un desafío metodológico. Por un lado, una investigación con métodos artísticos: la fotografía, el collage o el dibujo, que son herramientas de archivismo que me permiten desarrollar la investigación. No es que yo investigue a partir de prácticas artísticas, sino que yo investigo con esas prácticas artísticas.

Normalmente mi trabajo tiene 3 partes: voy a los archivos y bibliotecas públicas a buscar imágenes; luego de caminata por la ciudad o por espacios naturales en busca de imágenes y sacando fotografías personalmente; y la tercera parte, sacando fragmentos de medios de comunicación: revistas, diarios, libros, publicidad callejera, volantes, etc. Como no pude hacer la investigación desde Medellín, la decisión que tomé fue pensar la investigación como una caminata al interior de los monopolios mediáticos. Ese fue el territorio en el que me moví.

Su trabajo no está exclusivamente en el campo artístico, tiene también un trasfondo político y económico. ¿Hay allí un interés particular?

Yo creo que estamos viviendo un período muy especial. De alguna manera el capitalismo sigue siendo una hegemonía global. Lo que pasa es que ese capitalismo ha sufrido mutaciones. No es lo mismo el capitalismo del siglo XX que el capitalismo del siglo XIX. No es lo mismo el capitalismo previo a los años 80, al capitalismo que se inaugura con Ronald Reagan y Margaret Thatcher, que es lo que de alguna manera hemos conocido como neoliberalismo.

Semiocapitalismo

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La construcción de signos del capitalismo

[audio: http://mde.org.co/mde11/wp-content/uploads/sites/3/2011/10/Molinari-2.mp3]

Construcción de la memoria

En su trabajo se nota el interés por generar una paradoja a partir de las imágenes. Es como si se contrapuntearan entre sí…

A mí me interesan las imágenes, los recuerdos. Pensando la construcción de una memoria, lo interesante es que nosotros no podemos diferenciar nuestro acto de percepción: al mismo tiempo que estamos percibiendo algo, ya lo estamos recordando; es decir, estamos haciendo ya el proceso de memoria.

Hay una intensión con el montaje, que es poder construir saltos en el tiempo que generen esa sensación. A veces esos saltos en el tiempo son tensos y a veces fluidos. Parto de la idea de un antropólogo argentino que dice que uno podría hacer una memoria o una historia partiendo solamente de los esplendores de una comunidad: los momentos felices, los momentos de unión, donde uno siente que la vida tiene un sentido trascendente. Pero podríamos también hacer una memoria de las tragedias, aunque a mí esa memoria no me gusta. Yo trato de poner en tensión, al menos, ambos momentos.

¿Y esto se ve reflejado de alguna manera en el formato de presentación de las imágenes?

La memoria hay que habitarla y construirla de alguna forma. Yo dejé de enmarcar las imágenes y las empecé a trabajar de este modo. Empecé a construir formas de circulación distinta, un poco más desordenadas. Un ejemplo es que el papel que utilizo es un papel especial: vienen de los libros de contaduría, es amarillento y ya tiene un uso, lo que hace que tenga cierta temporalidad. Y en esto hay algo del mundo de la economía que actúa de telón de fondo. Puede ser una presentación irónica y cruda de la realidad en un mundo hegemónico. Además, creo que hay que hacerse responsable de la construcción hegemónica que ejerce Estados Unidos en nuestra región.

¿De dónde viene su interés por establecer una relación crítica contra las hegemonías?

Tal vez viene de la experiencia con mi propio país. A medida que tengo intercambios con otras personas de otros lugares, voy descubriendo que los hechos finalmente se vuelven a repetir. Me parece que en nuestra cultura nos han autorizado a hacer un trabajo de memoria a través de un trueque: “te doy la memoria pero te quito la historia”. Entonces toda tu vida te “permiten” que recuerdes, que hagas la reconstrucción de tu pasado, que se lleve a un museo, que se momifique y que luego se cristalice en una vitrina; pero no nos autorizan a que esa memoria sirva para activar la historicidad actual de nuestras vidas. Lo perverso de esa situación es que, así mismo, nosotros tomamos conciencia del pasado de nuestras vidas, pero no activamos la historicidad de nuestro presente, nuestra capacidad de transformar la historia hoy.

Ahí hay uno de los mecanismos de camuflaje: te doy la memoria pero te quito la historia. Me parece que tenemos que hacer un esfuerzo generacional muy grande para no perder esa historicidad de nuestras vidas.

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