Sonaron tambores en la alborada

 

 

  • El MDE 07 dio un saludo de tambores, ayer, al amanecer, desde los cerros.

 

Por John Saldarriaga
Medellín

Dos perros caminaban perdidos en un enredo de piernas y cables en el mirador del Cerro Nutibara, ayer a las 5:30 a.m.

 

Era la Alborada del MDE 07, pero ellos qué iban a saber. Al momento fueron a oler a tres borrachos que terminaban su farra al calor del Old Parr, en una de las macetas que apenas están en construcción y después nadie sabe adonde fueron a meter sus narices.

 

"Ahora vamos a hacer unos ensayos", dijo un productor de Telemedellín a los percusionistas vestidos de negro ante sus baterías, bombos y timbales y les advirtió que durante la transmisión ellos verían imágenes en la pantalla pero no escucharían a los percusionistas del otro cerro, El Volador. Esto lo dijo a las 5:45, cuando la oscuridad se desteñía.

 

"¡¿Ensayo?!" Exclamó una chica en su puesto, tal vez la única espectadora espontánea y sobria de dicha alborada. Era fácil adivinar que la exclamación se debía a que la actividad estaba anunciada para las 5:30, la hora en que, como queda dicho, aparecieron los perros.

 

Y los músicos, estudiantes del Ensamble de Percusión de Eafit siguieron los aletazos de las manos del director, Alexander Ziborov y quedaron contentos a las 5:52, porque todo resultó bien.

 

La pantalla mostraba lo que los madrugadores televidentes estarían viendo a esa hora -campañas educativas, propagandas de obras de la Alcaldía-, y los músicos se alejaron de los instrumentos y se dispersaron para conversar con la concurrencia, conformada por unas treinta personas entre técnicos, reporteros gráficos, periodistas, organizadores del MDE 07… Atraídos por el influjo hipnótico de la pantalla, a las 5:57 unos de ellos terminaron rodeándola. Vieron a un presentador que apareció en ella a las 6:00 a explicar qué es una alborada. Ahí sí, empezó todo.

 

Entre tanto, en El Volador dos músicos, Sandra Gómez y Daniel Duque sí oían, vía microondas, la ejecución de sus colegas del Nutibara. Y estaban atentos para entrar con sonidos de marimbas y gong, en esa obra musical que duró siete minutos.
 

Periódico El Colombiano, Medellín, 14 de abril de 2007

 

 

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