Medellín, espacio de hospitalidad

 

Por Organizadores del Encuentro*
Desde diciembre del año pasado, Medellín se ha convertido en una caja de sorpresas para los artistas que han llegado al Encuentro Internacional Medellín 2007 / Prácticas Artísticas Contemporáneas . Aquí han encontrado de todo. En estos cuatro meses, muchos artistas vinieron, vieron y plantearon sus proyectos. Y no han dejado de llegar, observar y proponer, haciendo realidad uno de los principales objetivos de este evento: convertir a Medellín en un gigantesco Espacio de hospitalidad en el que se encuentren miradas, discursos, saberes y prácticas artísticas, de afuera y de adentro.

 

No todos conocían la ciudad. Algunos, como el japonés Tatzu Nishi, ni siquiera sabían que existía. Otros tenían vagas referencias: estaba en Latinoamérica. Algunos la relacionaban con hechos de violencia, otros la habían ubicado por una extrema especificidad; por ejemplo, Tomás Saraceno, el argentino constructor de ciudades aéreas, sabía que en Medellín existía uno de los cuatro grupos en el mundo que elevan globos con energía y por eso tenía muchas expectativas de contactarse con ellos. Entre los artistas nacionales, algunos habían participado en eventos anteriores como el Festival de Arte del 97, pero la mayoría nunca había expuesto aquí. No obstante, gracias a residencias que fluctúan entre quince días y dos meses, los artistas han tenido tiempo de sobra para husmear la ciudad, escarbarla, rescatar tesoros escondidos y convertir en realidad miradas inéditas de ella.

 

Unos han llegado a explorar las colecciones anónimas que estaban en los sótanos de los museos, como Jaime Iregui y Alberto Baraya, quienes encontraron jugosos botines como una colección de objetos arqueológicos raros y curiosos procedentes de diferentes lugares del mundo o el exquisito álbum del siglo xix de reproducciones botánicas de Ruperto Ferreira. Otros han observado las alturas y han redescubierto joyas que, aunque al aire libre, pasaban inadvertidas para la mirada cotidiana y desatenta de los transeúntes, como Tatzu Nishi, quien se prendó indiscriminadamente de cruces, torres de energía, vírgenes o lámparas del alumbrado público. Algunos, en lugar de hablar con críticos o curadores, se decidieron por entrevistar tanatólogos, como la brasileña Carla Zaccagnini, o arquitectos y urbanistas, como la eslovena Marjetica Potrc. Otros recorrieron intensamente sus calles rectas, sus montañas laberínticas, sus parques al sol o sus esquinas perdidas como el brasileño Rodrigo Bueno, quien no dejó de explorar un solo minuto la comuna noroccidental, hasta convertirse en el improvisado guía de caminantes locales que a su lado redescubrieron la ciudad. Algunos no salieron de los archivos históricos o de los museos de geología, como la brasileña Mabe Bethónico y se maravillaron con las leyendas del oro de Antioquia. Otros, como Saraceno, quisieron ver la cara plena de Medellín desde el aire, a vuelo de pájaro, con la perspectiva que sólo se puede tener desde un parapente, y se familiarizaron más con los cumulus y cirrus de la cambiante atmósfera del Valle de Aburrá, que con el Parque de Berrío.

 

Ninguno ha salido decepcionado. La ciudad, generosa, se ha prestado para todo: para hacer fiestas como las de El Bodegón, colectivo bogotano de artistas, que prendió las montañas urbanas con una rumba hospitalaria de música tropical de los 70; para llenarla de jardines colgantes como planea hacerlo Rodrigo Bueno; para embalsamar de otra manera a sus animales salvajes como sueña Carla Zaccagnini; para construir un globo gigante con bolsas de basura recicladas que lleguen de todas partes del mundo como lo hará Tomás Saraceno; para tatuar con flores del siglo xix las pieles modernas de sus hombres y mujeres como es el proyecto de Baraya; para crear nuevos sistemas energéticos como lo está haciendo Marjetica Potrc; para releer su zaga del oro como Mabe Bethónico.

 

Es la Medellín de siempre, convertida en la metáfora de la ciudad latinoamericana, extendiendo su hospitalidad como una vela al viento, recabando en los puntos oscuros de su hostilidad. Xenófoba y xenofílica, tejiendo simbiosis productivas y dejándose recorrer por obras parásitas que la redescubran. Es la Medellín de siempre, vuelta a construir con las manos y los ojos de propios y extraños. Es la Medellín que quiere desplegar en todas sus calles la mirada descomplicada, mundana, urbana, incluyente, omnívora, del arte contemporáneo: un arte que se sale de los marcos, pedestales y museos para producir acercamientos sociológicos, antropológicos, etnográficos, arquitectónicos y lúdicos. Es la Medellín que disfruta de los encuentros, del encuentro con los otros y del encuentro consigo misma.

 

Obras proyectadas

 

* Las fiestas de Bueno:

El artista brasileño Rodrigo Bueno, comunicador social, decorador, pintor, promotor de eventos que combinan presentaciones de música, graffittis y exposiciones de arte en las comunidades, estuvo diez días en Medellín. Su proyecto es fortalecer en la ciudad una red de intercambio cultural, tomando como base corporaciones populares como Nuestra Gente de Santa Cruz o La Jíkara de Castilla. En estas comunidades piensa hacer fiestas, exposiciones, música, comida, intercambios, en un evento popular que ayude a urdir nuevos tejidos sociales.

 

 
* Las vistas de Carla:

Carla Zaccagnini, una artista argentina multidisciplinar y multifacética (también es escritora, crítica, curadora) viene desarrollando desde el 2004 el proyecto Museo de las Vistas. Se trata de una colección de dibujos a partir de paisajes descritos por transeúntes a dibujantes policiales, especializados en retratos hablados. La idea es que la colección sea un testimonio de los modos como un paisaje se convierte en imagen mental, y cómo ésta puede transformarse en discurso, para luego ser traducido al dibujo. En este proceso hay algo que se pierde y algo que se mantiene, y este proyecto apunta a las dos posibilidades. Después de realizar este ejercicio en ciudades como Sao Paulo y San Juan de Puerto Rico, Zaccagnini lo repetirá en Medellín.

 

* El globo gigante de Tomás:

Tomás Saraceno, un argentino que pasó la mayor parte de su infancia en Italia y actualmente vive en Alemania, ejecuta proyectos inflables, móviles y modulares en varias ciudades europeas y latinoamericanas. Persigue con ellos la construcción de una utopía: la de las ciudades aéreas. Saraceno estuvo diez días en la ciudad para concretar su idea de elaborar un globo gigante con bolsas de basura que envíen personas de todo el mundo y que sean intervenidas por éstas. Lo hará junto a Alejandro Uribe, el promotor del Festival del Globo Solar de Envigado, quien, junto a Sarraceno, es de los pocos fabricantes de globos solares en el mundo.

 

 

 

* La cruz de Tatzu:

Tatzu Nishi es un artista japonés que vive desde hace veinte años en Alemania. Ha realizado diferentes intervenciones públicas en distintos países de Europa, buscando un arte que les llegue a todas las personas. En sus proyectos edifica habitaciones privadas en torno a monumentos públicos, para las cuales construye un complejo sistema de andamios para que los espectadores pueden acceder y ver con nuevos ojos estos elementos olvidados del paisaje urbano. En Medellín intervendrá la iglesia del Sagrado Corazón de Barrio Triste, alrededor de la cual construirá una sala típica de una casa de clase media a veinticinco metros del suelo.

 

 

 

• Los tatuajes de Baraya:

 
El artista bogotano Alberto Baraya viene trabajando desde hace años un proyecto llamado Herbario de plantas artificiales , que consiste en recoger, catalogar, fotografiar e inventariar flores y plantas artificiales por todo el mundo. Con este particular herbario, Baraya parodia los métodos científicos. Y al hacerlo, pone en duda la objetividad, la neutralidad de sus herramientas, reflexiona sobre el buen y el mal gusto, sobre lo cultural y lo natural, observa comportamientos sociales, estrategias de inclusión y exclusión. Elaboró su propuesta para el Encuentro en los siguientes términos: a partir de las ilustraciones botánicas de Ruperto Ferreira (obra perteneciente al Museo de Antioquia), Baraya les propone a los habitantes de Medellín que se tatúen con reproducciones de estas flores y plantas y a quienes lo hagan, les pide que le envíen un correo electrónico donde cuenten por qué tomaron la decisión de hacerlo.
 

 

* Los objetos raros y curiosos de Iregui:

Jaime Iregui es un artista y gestor bogotano. Uno de los principales temas que trabaja es el coleccionismo; es así en obras como Escenas de caza , serie de fotografías en las que ha registrado múltiples colecciones particulares de personas anónimas de América Latina. Con esta obra, Iregui confirma que el afán de coleccionar es un impulso totalmente humano, del cual nace el Museo, aunque no sea exclusivo de esta institución. Para el Encuentro va a trabajar con una colección de fragmentos de monumentos históricos de una antioqueña viajera de los años veinte, perteneciente al Museo de Antioquia. Una especie de saqueo particular, que de alguna manera se convierte también en la metáfora de ese gran saqueo institucionalizado que dio origen a los museos europeos del siglo xix .
 

 

* Las minas de Mabe

Mabe Bethónico es una artista brasileña cuyo campo de investigación son los límites y posibilidades de la estructura del museo. Así, desde el 2000 ha venido realizando un museo ficticio llamado Museumuseu , el cual exhibe, publica, y produce multimedia y tiene una página web (www.museumuseu.art.br). Al interior de este museo creó otro proyecto llamado Casa mineraria , que funciona como su núcleo histórico y en el cual ha venido coleccionando imágenes, dibujos e impresiones antiguas que se refieren a la minería. En Medellín quiere continuar con esta investigación y recolectará imágenes y relatos acerca de la minería antioqueña del oro.
 

 

 

* La energía de Marjetica

Marjetica Potrc es una arquitecta eslovena interesada en que el arte afecte a la gente. Es ampliamente conocida por sus investigaciones acerca de proyectos de autosostenibilidad en construcción, alimentación, agricultura y energía, llevadas a cabo en varias regiones del mundo. Potrc se involucra con las comunidades que visita, luego produce diseños referentes a los principales problemas detectados; entonces, les propone a los habitantes participar en la elaboración de soluciones colectivas y eficaces y en proyectos de grandes dimensiones económicas y políticas. Durante su residencia en Medellín, ha estado investigando el urbanismo espontáneo de Moravia y algunos proyectos de la Alcaldía , como los solares ecológicos y los cerros tutelares. Pero, sobre todo, le interesa trabajar en un proyecto de energía hidráulica que sirva para llevarle energía a una escuela en el corregimiento de Santa Helena.
 

 

 

Los ejes del Encuentro

Los artistas convocados a participar en la reflexión sobre la hospitalidad, desarrollan sus trabajos en estos ejes temáticos del Encuentro:

 

Hospitalidad/hostilidad

Este eje reúne artistas cuya obra reflexiona sobre formas alternativas de residir en la ciudad, de vivirla y de habitarla. Muestra estrategias para sobrevivir en ella y propicia las interacciones entre lo público y lo privado.

 

Artista eje: María Angélica Medina (Bogotá).

Denis McNulty (Dublín), Rodrigo Bueno (Sao Paulo), Marjetica Potrc (Ludbiana), Miguel Ángel Rojas (Bogotá), Libia Posada (Medellín), Ana Claudia Múnera (Medellín), entre otros.

 

Parasitismo y simbiosis

El parásito se inserta en otro organismo —por lo general sin su consentimiento— para aprovecharse de los beneficios que ese cuerpo le brinda. La simbiosis, por su parte, es la cohabitación entre dos o más seres basada en una mutua conveniencia. Este eje abordará cuestiones como la cohabitación, la infiltración y las diversas estrategias que permiten cuestionar los sistemas y circuitos.

Artista eje: Cildo Meireles (Río Janeiro).

Renata Lucas (Sao Paulo), El Camión (Cali), Héctor Zamora (México), Tatzu Nishi (Nagoya), Tomás Saraceno (Buenos Aires), Santiago Cirugeda (Madrid), Carla Fernández (México), Ángela Detánico y Rafael Laín (São Paulo), Gloria Posada (Medellín), entre otros.

 

Xenofilia/xenofobia

La fascinación por el extranjero, herencia de un pasado colonial, contrasta con una relación conflictiva con el migrante local. Este eje reunirá obras que examinan la relación con los referentes foráneos y el regionalismo, así como el fenómeno del desplazamiento interno.

 

Artista eje: Antonio Caro (Bogotá).

José Alejandro Restrepo (Bogotá), Jesús Abad Colorado (Medellín), Liliana Angulo (Bogotá), José Antonio Suárez (Medellín), Anny y Siebel Ozturk (Berlín), Juan Camilo Uribe (Medellín), entre otros.

 

Residentes urbanos

Debido a razones económicas y políticas como el desplazamiento interno o el incremento de los niveles de pobreza, el espacio urbano se ha convertido para muchos en el ámbito doméstico: para miles de personas la ciudad es su lugar de residencia. Pero el espacio urbano también puede ser reivindicado como el sitio en donde se da la verdadera vida social de la ciudad y la posibilidad de lograr la cohesión social.

Artista eje: Adolfo Bernal (Medellín).

Instant Coffee Collective (Vancouver), Carlos Garaicoa ( La Habana ), Michael Beutler (Berlín), Jaime Ávila (Bogotá), Milena Bonilla (Bogotá), María Teresa Cano (Medellín), entre otros..

 

Habitando el museo

Este eje incluirá artistas que reflexionan sobre el museo y el archivo, sobre las nuevas formas de considerar los recintos de la memoria y el patrimonio como espacios vivos, a través de la relectura de sus colecciones, arquitecturas o usos.

Artista eje: Antoni Muntadas (Barcelona).

Carla Zaccagnini (Buenos Aires), Gabriel Sierra (San Juan de Nepomuceno, Bolívar), Mabe Bethonico (Bello Horizonte), Jaime Iregui (Bogotá), Alberto Baraya (Bogotá), Mateo López (Bogotá), Beatriz Olano (Medellín), Víctor Muñoz (Medellín), Freddy Serna (Medellín), entre otros.

 

*Adaptación de texto suministrado por los organizadores del Encuentro Internacional Medellín 2007/ Prácticas Artísticas Contemporáneas, espacios de hospitalidad . Los fragmentos resaltados son comentarios del artista Carlos Uribe, Director Artístico del MDE07.
 

 

 

Se llega necesariamente a este Encuentro Internacional Medellín 2007 veintiséis años después de la última Bienal y diez años después del Festival Internacional de Arte, porque la ciudad está en un momento propicio y vive un proceso especial en sus procesos de reinserción social, en sus dinámicas económicas, políticas, con una significativa infraestructura en obras públicas y, por supuesto, la cultura está en primera fila con las nuevas manifestaciones del arte, sobre todo teniendo en cuenta que a través del Festival de Poesía, el Festival de Danza Contemporánea, el Encuentro de las Lenguas, Medellín ya ha venido proyectándose internacionalmente en la última década.

 

 

 

El Encuentro es esa posibilidad del intercambio entre anfitriones y huéspedes, entre nuevos inquilinos y personas que reciben, que acogen, que invitan; es además, la oportunidad de interrogar y poner en cuestión lo que consideramos una característica tan propia de los medellinenses y de los antioqueños: la de ser hospitalarios.

 

 

En el arte actual hablamos de prácticas artísticas, englobando en este término tanto a la obra misma y su discurso como producto del hacer y el pensar del artista, así como a las prácticas académicas e investigativas, las de la curaduría como nuevas formas de pensamiento y sentido, las de circulación por la importancia de los espacios de exhibición, las de difusión de las empresas editoriales, la labor de los marchantes de arte y galeristas, así como la práctica de la participación, donde todos nos convertimos en espectadores activos y le damos sentido al discurso artístico e institucional al vivir la obra, y cerrar el círculo, para comenzar de nuevo ese continuo y manifiesto diálogo con el arte.
 

 

Revista Agenda Cultural, Universidad de Antioquia, Medellín, 14 de abril al 15 de mayo de 2007

 

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