La hospitalidad en el séptimo arte, todo un rollo

 

Escrito por Anesma*
Sus pasos eran lentos para el caos del centro de la ciudad. Su cabeza inclinada, mirando el asfalto y cruzando las esquenas del palo con la playa, sin mirar los semáforos y mucho menos a los automóviles, permitía sospechar que se dirigía a un lugar habitual para él.

 

< Sus 1,69 centímetros de estatura, su piel pálida, un arete en su oreja izquierda que rozaba con el cable de unos audiófonos blancos y su cara aún de niño hacían que Julián Restrepo con 18 años de vida, uno de ellos dedicado al estudio del arte en la universidad donde cursa su tercer semestre, se pregunta por el Encuentro Internacional Medellín 2007 “Prácticas artísticas contemporáneas”.

 

 

Para él, lo poco que ha prendido en su cosmos académico, Medellín ha sido una de las ciudades pioneras en la creación de espacios dedicados al arte contemporáneo, porque las autoridades gubernamentales de los últimos cuarenta años –1968, 1970, 1972 y 1981– emblematizaron, en todos los rincones y esquinas de la ciudad, sin olvidar la instauración de los salones Rabinovich y el Festival Internacional de Arte instaurados en 1997, este tipo de elementos que aportan a los nuevos esquemas de la sociedad.

 

Pero esta vez Julián, y sin importarle mucho, no asistiría en un recinto para mirar obras plasmadas en lienzos y mucho menos su cuerpo estaría escorzado por un reflector que resaltaría diversos trazos coloridos, se encontraría con otra realidad social, la cual ha sido determinada como la del séptimo arte.

 

Jota, como le dicen los amigos, nació a finales de la década de los noventa –el mismo día en que el Muro de Berlín fue derribado, el cual dividía a dicha ciudad alemana desde agosto de 1961–. Por eso, son pocos los años que ha vivido, tanto que muchos de los acontecimientos históricos y diversas transformaciones sociales de Colombia no los presenció.

 

El asombro lo embargó cuando ingresó al Centro Colombo Americano a la ponencia llamada El cine de la hospitalidad. Allí se efectuó la muestra de una de las piezas “ochentenas” del cine colombiano, la cual han contenido en su argumentación referente a la amabilidad de los lugareños.

 

El Embajador de la India, del director Mario Ribero, rodada en 1986 –Neiva– narra episodios cómicos que se presentaron con repercusiones internacionales, porque Jaime Flórez, nombre dado al protagonista, utilizó toda su malicia indigena para hacerse pasar como el más alto funcionario de la embajada de la India en Colombia quien, por su acento y su toalla enrollada en la cabeza –como si saliera del baño– engañó no sólo a los habitantes sino, también a los políticos de turno.

 

Julián, quien atónito por la hospitalidad de las personas en dicha farsa, recordó a los paisas quienes sin ningún interés ayuda a los demás, pues, sin dejar a un lado lo fascinante que resulta estar al lado de una persona importante, también se sorprendió cuando supo que eso había acontecido en la vida real: en la década de los sesenta alguien se alojó gratis en el mejor hotel de Neiva, haciéndose pasar por el embajador.

 

Sin duda alguna, esta práctica acerca a los citadinos para un reconocimiento cultural, con propuestas de arte contemporáneo, el cual se ha venido efectuando en diferentes sitios de la urde desde enero de 2007. Por eso para Ana María Aponte, de la oficina de comunicaciones del evento, “el arte contemporáneo es el hacer artístico que se desarrolla en un mismo lapso temporal a un referente. En el caso del arte contemporáneo a nosotros, se desarrolla desde la teoría postestructuralista, la cual ha acuñado el término «postmoderno», ya que desde esa teoría se vislumbra la imposibilidad de seguir creando desde los preceptos de la originalidad y la novedad –elementos propios de la modernidad–. En lugar de ello se apunta a elementos como reinterpretaciones, resignificaciones y el giro lingüístico con el fin de ampliar el concepto de arte y establecerlo como un acto comunicativo”.

 

Para concretar, este tipo de prácticas tuvo sus inicios en 1917, con la obra de Marcel Duchamp, quien cuestionó a la institución del arte. Pero este pensamiento comenzó con su aplicación y a tomarse, seriamente, desde la década de los setenta hasta la actualidad.

 

* Estudiante de Periodismo de la Universidad de Antioquia. Profesor: Juan Carlos Morales S.

 

Revista electrónica De la Urbe Digital, Medellín, Facultad de Comunicaciones, Universidad de Antioquia, Boletín 156, 8 de mayo de 2007

 

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