La ciudad tiene una cita con el arte

  • Directora del Museo de Antioquia propone vivir y creer en este contacto.
  • MDE/07 invita a reflexionar sobre las prácticas artísticas contemporáneas.
  • La ciudad vivirá el arte en diversos espacios, de enero a junio de 2007.

 

Por Beatriz Arango Sepúlveda
Medellín

A Lucía González sus ojos clarísimos le brillan cuando habla de arte. Las manos se le alborotan para aumentar la contundencia de sus palabras: vamos a salir del miedo a la esperanza.

 

Una frase que podría sonar muy política, pero que a ella, directora del Museo de Antioquia, se le oye vital y emocionante cuando se refiere al Encuentro Internacional Medellín 2007, MDE 07: Prácticas Artísticas Contemporáneas.

 

El nombre suena extenso, pero es que serán seis meses en los que el arte contemporáneo, ese que todavía no terminan de definir, se hará visible en calles, parques, iglesias y cuanto espacio público los artistas puedan adaptar a sus expresiones.

 

Otra razón estética y vigorosa para declarar 2007 como un año de cultura.

 

¿Qué es MDE 07?

"Es un encuentro de la ciudad con el mundo, a través del arte contemporáneo. Medellín está en un momento muy importante y merece encontrarse con una reflexión contemporánea y profunda de la ciudad. El arte como posibilidad, camino y medio de comunicación entre muchos.

 

Cuando hablamos de prácticas artísticas contemporáneas no estamos hablando del tradicional arte que se cuelga en los museos, sino de la manera en que hoy se expresan los artistas. Y lo hacen en relación con la vida, el mundo que vivimos.

 

Será un espejo para vernos en un momento en que la ciudad se puede mostrar con mucho orgullo".

 

¿Cuándo surgió la iniciativa?
"Yo digo que las ideas nunca son de nadie, se van sumando y los proyectos un día explotan. Partió un poco de una conversación sobre la necesidad de reconocer el arte contemporáneo, por lo menos en Colombia, y darles respuesta a ese montón de artistas jóvenes y nuevos que tenemos. La ciudad estaba en el momento de lograrlo, con ese entusiasmo de salir del miedo a la esperanza. Con los curadores construimos la idea de Espacios de hospitalidad y ratificamos la idea de que Medellín fuera el espacio de reflexión.
Y surgió con la propuesta de no hacerlo desde una sola entidad y hoy somos más de 30".

 

Trabajando por el asombro…
"Es un evento que nos va a sorprender a todos por igual. Muy poca gente sabe de arte contemporáneo. La idea es que todos se sientan en igualdad de condiciones, pues frente al arte contemporáneo está la posibilidad de la pregunta y la reflexión. Es crear un entusiasmo, un ánimo, un asombro…".

 

¿Qué acercamientos a este arte se han vivido en Medellín?
"De lo más contemporáneo que hemos tenido fue cuando la artista argentina Marta Minujin (1981) quemó una figura de Gardel. Es contemporáneo en tanto es una representación simbólica, que no es lo estético propiamente dicho. También el trabajo de Adolfo Bernal en la ciudad con carteles y letreros con frases. O con una gran flecha señalando el norte en la comuna Nororiental.

 

El contemporáneo es un arte muy urbano, que se pregunta mucho ¿cómo vivir juntos?, que fue la pregunta de la Bienal de Sao Paulo: ¿como vivir juntos en medio de la diferencia, las pobrezas, las exclusiones, las dictaduras, las economías globales? Eso nos interés a todos".

 

¿Hábleme de los ejes propuestos para el Encuentro: hospitalidad/hostilidad, xenofobia/xenofilia y otros?
"Fue muy bonito. Los curadores propusieron el tema de la hospitalidad. Para nosotros hubiera sido muy fácil en el sentido que nos sentimos hospitalarios y sabemos que es una condición de la ciudad. Ellos lo vieron como una fortaleza y creen que desde ahí vale la pena hacer una mirada. Pero a la hospitalidad se opone la hostilidad, pues la ciudad también es vivida de manera hostil. Entre lo positivo-negativo también está la xenofilia: nos gustan mucho los extranjeros, somos amables con ellos, pero la pregunta es por qué nos dan dificultad los extranjeros cercanos, aquellos que vienen de Chocó, Urabá o de otras partes que son nuestros paisanos y no somos capaces de acogerlos".

 

                       
En noviembre pasado, el artista peruano Marcelo Zevallos trabajó desde las cuatro de la madrugada para que este ojo de aserrín de colores observara temprano a los ciudadanos. Una obra efímera que miles admiraron y cuidaron, aunque el artista invitaba a que pisaran el tapete que los miraba. 

 

¿Este encuentro es posible por la nueva fuerza del Museo de Antioquia en los últimos años?
"Es posible por la credibilidad que tiene en el Museo en el sector público y privado. Pero es posible, porque creo que la violencia nos enseñó a trabajar juntos. Hoy estamos en los cargos de dirección de la ciudad los que hace años estábamos en mesas de paz, de trabajo, de mujeres, de reconciliación. Entonces hay una suerte de confluencia que hay que potenciar. Es un trabajo de todos. El Museo lo lidera porque se siente como un proyecto de ciudad".

 

¿Es una ventaja que el Museo no se haya cerrado a mostrar otros artes?
"Es muy importante, pues tiene que ver con la búsqueda de públicos jóvenes y que el Museo permanezca vital. Es muy fácil que un museo de estos se vuelva histórico. Creemos que los más importante que tiene el Museo es la posibilidad de establecer ese diálogo entre el pasado y el presente y permanecer vigente".

 

¿Cómo han respondido las facultades de arte?
"Hay propuestas de ellos. La Nacional hará un seminario sobre lo contemporáneo. En la Universidad de Antioquia ofreceremos seminarios especializados; en Bellas Artes estará Oscar Muñoz, a cargo de un seminario de dibujo, lo cual es todo un lujo, y tendremos uno más sobre mobiliario y diseño con la UPB y la Colegiatura.

 

Lo relevante de esto es que no es un evento, es un proceso que tiene muchos dispositivos para que más que ver, podamos aprender. No será solo una exposición, pues se va a conversar, aprender, debatir. La idea es que sea un evento muy hondo".

 

¿La idea es darle continuidad?
"Sí. Medellín requiere una comunicación más permanente con el mundo. La ciudad no está en los circuitos de arte, pero está preparada porque tiene un nivel muy bueno.

 

Es un imperativo dejar de pensar que nos quedamos en la parroquia. No se llama bienal, porque es más que una exposición. Estamos convencidos de que si tenemos éxito, se repite".

 

Usted sostiene que las bienales le cambiaron la vida…
"Uno quisiera que una experiencia tan transformadora la vivieran otras personas. Vi la primera bienal a los nueve años y no hay palabras para nombrar lo que se puede sentir al ver este mundo de locuras. Bultos de heno, obras en neón, piezas en las que uno participaba… Uno entendía entonces que el mundo era más grande".

 

¿Habló de locuras. El arte contemporáneo tiene límites o se le podrían poner?
"No tiene. En el arte contemporáneo todo es posible. Ni siquiera tiene límites de técnicas o expresiones. Por eso no podemos denominar el encuentro como de artes plásticas, sino Prácticas artísticas contemporáneas. No hay una palabra capaz de nombrar las cosas que suceden. Se desdibujaron los límites entre las artes.

 

Eso quiere decir que estamos en el momento de la creación, construyamos y aprendamos ya".

 

¿El arte contemporáneo es para disfrutar o entender?
"Siempre el arte es para disfrutarlo y/o entenderlo.

 

El arte tiene algo que decir, por más simple que parezca. Pero la aproximación básica, el solo disfrute es ya un asunto muy importante, es movilizar los sentidos, los sentimientos y a través de ellos se consigue la movilización de la razón. Habrá quienes tengan la posibilidad de hacer reflexiones profundas sobre las obras, pero igual el disfrute estético del hecho mismo aporta una experiencia rica".

 

¿Cuándo empieza?
"El 15 de enero abre la Casa del Encuentro y el 10 de febrero será la inauguración oficial".

 

Más datos en www.encuentromedellin2007.com

 

 

Jardín volador, Tomás Saraceno: el arquitecto y artista argentino está invitado a MDE 07. En su obra es muy importante la relación entre el cuerpo y la escala de sus objetos inflables, hechos para encerrar, elevar o reunir a las personas. 

 

 

 

 

 

Las puertas, en Nueva York, Christo es uno de los referentes de lo contemporáneo. El búlgaro es famoso por el envolvimiento de objetos en un primer momento para después "empaquetar" monumentos y parajes, como las puertas en el Central Park.

 

 

 

 

 

Una pareja hiper realista, Ron Mueck es un australiano que vive en Inglaterra. Sus esculturas reproducen de manera fiel y casi escabrosa, los detalles del cuerpo humano, pero juega con la escala para crear imágenes monumentales que nos sacuden. 

 

 

Obras que se viven desde el asombro

 

Prepare los sentidos, porque en cualquier momento durante estos seis meses, el arte lo puede encontrar en la calle. Arte que va a su encuentro, arte contemporáneo, como una mujer que teje, dispuesta a conversar…

 

Asombro como aquel de 1981, durante la IV Bienal de Medellín, cuando la argentina Marta Minujin nos enseñó su arte efímero y elaboró una figura metálica de Carlos Gardel de 17 metros de altura, la cubrió de algodón y le prendió fuego.

 

O cuando hace dos meses, un ojo enorme y colorido, elaborado en aserrín se hizo tapete en la Plaza de las Esculturas. Arte y asombro.

 

Periódico El Colombiano, Medellín, 14 de enero de 2007  páginas 10a y 11a

 

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