Colombia en Venecia

 

 

artes plásticas

Óscar Muñoz, José Alejandro Restrepo y Rosario López estarán en la Bienal de Venecia. ¿En qué consisten las obras elegidas?

 

Por Diego Garzón
Fecha: 05/12/2007 -1306
Piensa con los sentidos, siente con la mente”. Bajo este planteamiento, el norteamericano Robert Storr hizo la curaduría de la Bienal de Venecia, Italia, que comienza en junio y que ya llega a su versión 52 con obras de artistas de más de 70 países. Storr estuvo en Colombia el año pasado y finalmente seleccionó trabajos de Óscar Muñoz, José Alejandro Restrepo y Rosario López, quienes estarán en esta bienal, la de mayor tradición artística en el mundo.

 

Muñoz presentará una obra que parte de un proceso similar a Re/trato, ganadora del Salón Nacional de Artistas de 2004. En este video se veía el registro de una mano que pintaba con pincel y agua, sobre una losa caliente, un rostro que se evaporaba por la luz del sol. La acción se repetía una y otra vez ante lo inevitable: el retrato nunca se fijaría en la losa porque el agua siempre iba a evaporarse. Esa metáfora de la obra de arte ‘inmortal’, que debe perdurar en el tiempo y esa frustración de que todo desvanece (la presencia de ese rostro que alude a la vida misma), entre tantas interpretaciones, fue logrado por Muñoz con lo mínimo: agua, un pincel, la luz del sol y su habilidad de dibujante, que es evidente a medida que su mano insiste en fijar el retrato.

 

Lo que se verá en Venecia tiene relación con esto. La obra Proyecto para un memorial consiste en una video-instalación de cinco videos sincronizados que registran una mano que pasa de una pantalla a la otra dibujando rostros que no se pueden fijar a esa losa caliente debido a la acción del sol. En cada video va apareciendo el rostro de una persona diferente y se percibe el afán, la angustia de esa mano ante la evaporación del agua y su imposibilidad de que los dibujos perduren. Según el propio artista, es un trabajo tan infructuoso como interminable que nos recuerda el mito de Sísifo y su relación con el absurdo, pero que también nos evidencia la frustración por un soporte incapaz de contener y retener sus imágenes, para convertirlas en memoria. Muñoz dibuja los retratos de personas fallecidas y cuyas imágenes fueron publicadas en obituarios de algunos periódicos.

 

Es una obra que condensa, al igual que sus trabajos anteriores, su interés por la memoria. En Fantasmagoría, una exposición que estuvo abierta al público hasta hace pocos días en Bogotá, un video registraba otra acción similar: el reflejo del rostro del artista se posaba sobre agua que, a su vez, intentaba mantenerse intacta entre sus manos que se entrelazaban formando una especie de recipiente. El agua inevitablemente se escurría entre los dedos y con ella, la imagen del artista.

 

José Alejandro Restrepo, por su parte, también estará en la bienal con una obra que recoge sus preocupaciones más recientes en torno a la religión, el fanatismo, y sobre todo a la transformación de los íconos. En obras como Iconomía y Santoral había trabajado en estos temas recurriendo a un archivo de imágenes de crucifixiones, hombres flagelándose, procesiones, mujeres lamentándose, rezando, entre otras cosas. Video-Verónica es el nombre de la obra que estará en Venecia y alude a la mujer que limpió el rostro ensangrentado de Cristo, camino a la cruz, dejando impresa su imagen en una tela. Tanto de la historia como de la imagen se ha discutido su veracidad, pero los creyentes la asumen como cierta. Hoy, hay quienes se aferran a otro tipo de imágenes que vendrían a equivaler a un manto ensangrentado con el rostro de Jesús, son las fotografías que conservan las madres de sus hijos desaparecidos o secuestrados. El dolor de estas mujeres llorando y pidiendo por ellos se ha vuelto una imagen rutinaria en medio de la violencia colombiana. Los espectadores de la bienal verán en una tela, una retroproyección con imágenes de madres colombianas que lloran a sus hijos. Sobre la tela, la imagen de un policía secuestrado, así como en su momento estuvo Cristo. “La imagen es el arma fundamental en la batalla teológica-política”, dice Restrepo.

 

Abismo es la obra con la que participará la artista Rosario López, quien se ha preocupado especialmente por el tema del paisaje. Hace años en Bogotá sus primeros trabajos tuvieron como escenario las esquinas de las calles del barrio La Candelaria, ‘rellenadas’ por ella con cemento. Esas mismas esquinas donde duermen los indigentes o que los peatones usan para orinar descaradamente, lucieron inútiles después de su intervención. Desde ahí hizo evidente el problema escultórico que la inquieta y es que la escultura en sí misma trascienda del museo para adquirir connotaciones en otros espacios y una dinámica que ya no depende del artista. En esa medida, la fotografía sirve de registro de esas esculturas concebidas en lugares específicos. Así ocurrió con obras que hizo en California donde, por ejemplo, una cobija tendida sobre una playa iba adquiriendo formas en el aire cuando el viento soplaba fuerte o como en una muestra que hizo en Casas Riegner, donde la imagen del mar proyectada en una pared se ‘extendía’ al piso de la galería a través de pequeños papeles de aluminio.

 

¿Qué es realmente el paisaje? ¿Dónde comienza? ¿Dónde termina y quién lo determina? En Abismo, seis fotografías de gran formato se convierten en el registro de un espacio desértico que la artista encontró al sur de Lima, Perú, y que fue habitado por pescadores y campesinos a través de unas casuchas improvisadas. En la Galería Casas Riegner pudimos ver esta muestra con la reproducción física de una de estas casas, con una pequeña ventana por la que el espectador podía mirar hacia adentro. Y adentro no había nada. La problemática del paisaje queda presente sin que la artista se involucre directamente con el tema político, le interesa más el aspecto formal del paisaje mismo.

 

Con tres artistas, la representación de Colombia es muy importante respecto a versiones anteriores. Hace dos años, en la selección oficial sólo estuvo María Teresa Hincapié, y hace cuatro años, María Fernanda Cardoso presentó su obra en el Instituto Italo latinoamericano, que hace una exhibición paralela. Allí también estará en esta ocasión el artista Mario Opazo. El 10 de junio comienza este evento que por primera vez en su historia tiene como curador a un norteamericano.

 

Revista Semana, Bogotá, 12 de mayo de 2007

 

 

Esta entrada fue publicada en Arte y etiquetada , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.